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Investigadora explica por qué es necesario poner foco en la salud cerebral femenina

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Tiempo de lectura: 2 minutos La investigadora Josefina Cruzat, del BrainLat de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), alerta sobre la necesidad imperante de enfocar los esfuerzos en la salud cerebral femenina, un área donde las mujeres enfrentan desafíos particulares.

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El concepto de salud cerebral va más allá de la ausencia de enfermedad; implica la capacidad de adaptarnos, pensar creativamente y desenvolvernos plenamente.

Aunque históricamente se ha diferenciado de la salud mental, hoy se comprende que ambas están intrínsecamente ligadas, siendo la salud cerebral la base sobre la cual se asientan muchos aspectos de la salud mental. Factores como la alimentación, el ejercicio, el sueño y las relaciones sociales son determinantes cruciales.

La evidencia científica y las estadísticas son claras: las mujeres presentan una mayor vulnerabilidad en diversos aspectos de la salud cerebral. «Un 17% de las mujeres presenta sintomatología depresiva comparado con un 7% de los hombres», ejemplifica la investigadora Josefina Cruzat, del BrainLat de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), una disparidad que se replica en trastornos de ansiedad, insomnio y sedentarismo.

Brecha de género en la salud cerebral

De manera alarmante, «dos de cada tres personas que sufren Alzheimer son mujeres«, subraya la neurocientífica. Esta brecha no es casual y responde a una compleja interacción de factores biológicos, ambientales y, crucialmente, socioculturales.

Los factores culturales y sociales juegan un papel preponderante. Presiones históricas, expectativas de género y la sobrecarga de roles pueden «enraizarse en nuestro cerebro», explica Cruzat. Investigaciones del BrainLat de la UAI, utilizando inteligencia artificial para analizar imágenes cerebrales, han revelado que en países con mayores brechas de género, las diferencias estructurales entre los cerebros de hombres y mujeres son más marcadas.

Esto no se debe a determinantes genéticos inherentes, sino a cómo «la cultura y el medio ambiente han favorecido el desarrollo distinto entre unos y otros».

Además, aspectos biológicos específicos como los cambios hormonales durante el embarazo y la menopausia generan «cambios neurocognitivos brutales» que, según Cruzat, muchas mujeres desconocen en su origen y consecuencias, siendo un tema «bastante invisible». Ignorar esta realidad tiene un «precio altísimo en costos económicos, sociales y en la capacidad de innovar que van a tener las mujeres».

Estrategias para fortalecer la salud cerebral femenina

Abordar la salud cerebral femenina requiere un enfoque integral. Josefina Cruzat enfatiza la necesidad de «políticas públicas que aborden todos los temas de la salud mental también con una perspectiva de género«. Esto incluye el desarrollo de programas que fomenten la detección temprana de sintomatologías, el acceso equitativo a tratamientos y una mayor educación sobre los cambios neurobiológicos asociados a las fluctuaciones hormonales a lo largo de la vida de la mujer.

Estas medidas son fundamentales para «generar un apoyo al desarrollo económico, al las mujeres como poder desarrollar su máximo potencial en el ámbito personal, pero también laboral».

A nivel individual, el cuidado es multifacético. Los pilares para mantener un cerebro sano incluyen:

  • Sueño de calidad: Fundamental para la reparación cerebral y la eliminación de desechos metabólicos.

  • Alimentación balanceada: Rica en vitaminas y fibras.

  • Ejercicio físico regular: Beneficia la salud cardiovascular y cerebral.

  • Conexiones sociales robustas: La soledad percibida es un factor de riesgo para el declive cognitivo y la depresión.

  • Estimulación cognitiva: Mantenerse activo con desafíos intelectuales, hobbies y actividades culturales. De hecho, Cruzat destaca que «las personas que están vinculadas a actividades culturales, artísticas, presentan un menor envejecimiento cerebral».


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