Científico descubre nuevas especies de arácnidos en Chile
Tiempo de lectura: 2 minutos Tras 15 años de investigación, un nuevo estudio liderado por el investigador Jaime Pizarro revela el hallazgo de nueve especies del género Pseudocleobis, arácnidos solífugos endémicos de Chile.
Un dedicado trabajo de campo y laboratorio que se extendió por más de una década culminó en un significativo aporte al conocimiento de la fauna chilena. Investigadores del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y de la Universidad de La Serena, en colaboración con colegas argentinos, han identificado y descrito nueve nuevas especies de solífugos, un grupo de arácnidos nocturnos, que habitan exclusivamente en Chile.
La investigación, liderada por Jaime Pizarro, investigador del IEB y del Laboratorio de Entomología Ecológica de la Universidad de La Serena, «es el resultado de más de 15 años de expediciones científicas, recorriendo diversas localidades entre los 4.600 metros de altura en la cordillera, hasta islas remotas, lo que nos ha permitido estudiar en profundidad al género Pseudocleobis, que es endémico, o exclusivo, de Chile», señaló Pizarro.
El hallazgo, detallado en la revista científica Plos One, representa un notable aumento del 70% en el número de especies de solífugos conocidas en el país, un testimonio de la riqueza biológica aún por descubrir.
Para describir con precisión a estos arácnidos, el equipo utilizó técnicas de microscopía avanzada e ilustración científica. Las nuevas especies, bautizadas como Pseudocleobis elongatus, P. atacamensis, P. puna, P. krausi, P. choros, P. lalackama, P. mumai, P. cekalovici, y P. escuadra, fueron encontradas en más de 50 localidades, abarcando desde la región de Arica y Parinacota hasta el Biobío, con una concentración principal en la cordillera y precordillera de Los Andes, pero también en ecosistemas costeros como las dunas de Los Choros.
Solífugos: Depredadores nocturnos inofensivos
A pesar de su apariencia, que puede recordar a las arañas por sus ocho patas, los solífugos son arácnidos distintos. No producen seda ni poseen veneno, diferenciándose así de muchas arañas. Son criaturas rápidas, con grandes mandíbulas (quelíceros) especializadas para la caza y la alimentación.
«Los solífugos son depredadores activos dentro del mundo de los artrópodos. Se alimentan principalmente de larvas, insectos e incluso de otros arácnidos», explica Pizarro. Los del género Pseudocleobis son cazadores nocturnos que trepan matorrales y rocas, y es importante destacar que «no representan un riesgo para los seres humanos. A veces pueden encontrarse dentro de las casas, sobre todo en zonas rurales, pero no hay que temerles».
Además de su rol como depredadores, los solífugos son una parte integral de la cadena alimenticia, sirviendo de presa para zorros, lagartos y aves. Esta doble función los convierte en componentes cruciales para el equilibrio de los ecosistemas áridos y semiáridos donde habitan.
Un 40% de los artrópodos aún no han sido descritos
La exclusividad y distribución acotada de estas nuevas especies las vuelve particularmente vulnerables. «Eso las hace particularmente vulnerables a cambios en el uso del suelo. Eso también implica que muchas de ellas están en riesgo, y que probablemente serán incluidas próximamente en alguna categoría de conservación», advierte Pizarro.
La minería y el creciente tráfico de especies son otras amenazas significativas no solo para estos solífugos, sino para la aracnofauna endémica chilena en general.
En el actual contexto de crisis de biodiversidad, el investigador subraya que «estamos perdiendo especies, antes de siquiera saber que existen. Calculamos que en Chile falta por describir cerca del 40% de los artrópodos«. Este desconocimiento se agrava por la «extinción oscura», un término que refiere no solo a la desaparición de especies, sino también a la pérdida de taxónomos, los científicos especializados en describir y clasificar organismos.
«Cuando se pierde un taxónomo, se pierde una mirada, una escuela, una línea de trabajo. Y eso también es una pérdida para la ciencia y el país», lamenta Pizarro.