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Justicia Espada Acuña: El legado de la primera ingeniera de Chile

Justicia Espada Acuña: El legado de la primera ingeniera de Chile

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Tiempo de lectura: 3 minutos Justicia Espada Acuña, la primera mujer ingeniera de Chile, es recordada no solo por romper barreras en un campo históricamente masculinizado, sino también por su legado pionero en la ciencia y tecnología del país.

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Cada 14 de mayo, en Chile se celebra el Día Nacional de la Ingeniería. Esta es una fecha que conmemora el trabajo de quienes contribuyeron a la reconstrucción del país tras el devastador terremoto de 1647. Como disciplina clave en el desarrollo tecnológico, la participación de mujeres resulta fundamental, especialmente si se considera que, por muchos años, la ingeniería estuvo completamente masculinizada.

Este paradigma fue el que llegó a romper Justicia Espada Acuña, la primera mujer ingeniera de Chile y pionera femenina en la ciencia. Su ingreso a la carrera de Ingeniería en la Universidad de Chile ocurrió gracias al decreto Amunátegui que, a partir del año 1877 permitió legalmente que las mujeres accedieran a la educación superior en Chile.

Justicia Acuña ingresó a estudiar dicha disciplina en 1913, y el 15 de diciembre de 1919 recibió su título profesional, convirtiéndose en la primera mujer del país en alcanzar este hito.

Pese a lo que ha representado su figura para la historia nacional, lo cierto es que poco se conocía sobre las vivencias de Justicia Espada. Sin embargo, esto ha cambiado gracias a la donación realizada por su familia al Archivo Central Andrés Bello de la U. de Chile. Actualmente, este espacio alberga 247 piezas -documentos, fotografías, objetos, cartas y planos- relacionadas con la historia de la ingeniería y el legado de Justicia Espada.

Créditos: U. de Chile

El tesoro familiar que revela su faceta íntima y profesional

Uno de los roles primordiales a la hora de recopilar este material lo tuvo Mireya Gajardo Méndez, la nieta mayor de la ingeniera, quien compartió cerca de 17 años con ella hasta su fallecimiento en 1980.

«Mis tíos tomaron conciencia de que la Memé había formado parte de un hito importante en la historia, a pesar de que ella, le restara importancia.  Fue entonces que mi familia empezó a guardar todas estas cosas. (…) Así fue el estado en que el Archivo los recibió, estaban pegados en un papel perforado en un archivador o pegados con goma, sin ningún conocimiento de conservación», relata Mireya Gajardo a la Universidad de Chile.

En cuanto a la faceta más íntima de la primera ingeniera chilena, su nieta la recuerda como una mujer curiosa y con sed de aprendizaje. «Era muy dulce, tremendamente cariñosa, pero sobre todo estudiosa. Recuerdo que ella realizaba los puzzles del Mercurio, los que hacía Donato Torechio, cuyos crucigramas eran realmente difíciles, pero a ella le fascinaba encontrar todas las respuestas hasta completarlo», menciona.

Créditos: U. de Chile

«La diferencia de género no existía»

Mireya Gajardo relató también los orígenes que habrían despertado la curiosidad en su abuela. El padre de Justicia Acuña, José del Carmen Acuña Latorre, habría tenido un rol protagónico en incentivar a sus hijos a lograr lo que se propusieran. «Él fue quien decidió que los hijos y las hijas iban a ser criadas como personas capaces de todo. Entonces para la Memé fue natural, ella vivía en una familia numerosa, ellos eran ocho, más sus dos papás eran 10 personas, eran un mundo en sí mismo», señaló Gajardo.

Antes de entrar a estudiar Ingeniería, Justicia Acuña tuvo un breve paso por las matemáticas en el Instituto Pedagógico. Pero, al ver lo que hacía su hermano Arquímedes Capitán, quien era ingeniero, decidió cambiarse de carrera. Justicia, al igual que el resto de sus otras hermanas, llegaron a convertirse en destacadas profesionales. «Crecieron en un lugar en que la diferencia de género no existía. Afuera sí, adentro no», concluye Mireya Gajardo.

Créditos: U. de Chile

Créditos: U. de Chile


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