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María la Judía: La primera alquimista y científica de la historia

María la Judía: La primera alquimista y científica de la historia

Cooperativa Ciencia,

Tiempo de lectura: 2 minutos Entre sus grandes aportes, el popular «baño maría» es una de las técnicas antiguas que se emplea hasta la actualidad.

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María la Judía, conocida también como María la Hebrea, creó técnicas, conocimientos y procedimientos de laboratorio que al día de hoy aún se usan. Conocida como la madre de la alquimia y, según los registros, la primera mujer en la ciencia, María vivió en Alejandría entre los siglos I y III d.C.

Poco se sabe de su vida y trabajo, pero la evidencia indica que María fue la primera mujer que incursionó en la alquimia. Gran parte de sus escritos desaparecieron cuando el emperador Aureliano destruyó Alejandría en el año 272 d.C. Sin embargo, unos cuatro siglos más tarde, el alquimista Zósimo de Panópolis, recuperó gran parte del legado que dejó la investigadora.

Entre sus grandes aportes a la ciencia, a María la Judía se le atribuye el invento de una antiquísima técnica rudimentaria que se usa hasta la actualidad: el baño María.

Pese a que no hay registro de los escritos originales de la científica, sus conocimientos han sido recopilados a lo largo del tiempo, en donde se le tilda de «sabia antigua».

Un origen incierto

Aunque de su vida y trayectoria se tiene poca información, nuevas pistas de la científica llegan con el cronista bizantino del siglo VIII, Jorge Sincelo, quien la citó en su catálogo de los 52 alquimistas más famosos, el que fue publicado el año 79.

Algunas evidencias indican que los alquimistas antiguos la creían hermana de Moisés, incluso, hubo alguien que la identificó con María Magdalena, aunque esas teorías no han sido comprobadas. Lo que se sabe con certeza es que los árabes la apodaron «hija de Platón», un apodo que se usaba para referirse al azufre blanco, materia con la que María trabajaba.

Respecto a sus últimos años de vida, se estima que la científica murió a una temprana edad a causa de la toxicidad de los materiales que manipulaba.

Legado imperecedero

María la Judía trabajó con una variedad de elementos y además definió el peligro del mercurio como «elemento venenoso». Otro de sus aportes es el tribikos, un objeto empleado para la destilación de elementos químicos, con el que pudo separar líquido de los residuos no volátiles, como el agua de azufre.

El kerotakis, un aparato de reflujo utilizado para calentar sustancias y recoger sus vapores, se suma a la lista como una invención que permitía teñir metales comunes.

Finalmente, el conocido «baño María», una técnica que se conoce hasta el día de hoy para calentar una materia o incluso para uso doméstico que consiste en introducir un recipiente en otro más grande que contiene agua en ebullición, se utiliza cuando se quiere calentar algo de forma indirecta y uniforme.


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