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Brazo robótico: El proyecto chileno que busca revolucionar la educación en escuelas rurales

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Tiempo de lectura: 2 minutos Un innovador proyecto busca democratizar el acceso a la robótica y acortar la brecha tecnológica, enfocándose principalmente en estudiantes de comunidades rurales de la Región de Los Lagos.

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En un mundo donde la inteligencia artificial (IA) se integra cada vez más en la vida cotidiana, preparar a las nuevas generaciones es un desafío crucial. Con esta visión, el Dr. en Informática Cristhian Aguilera, académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad San Sebastián (USS) en Puerto Montt, lidera un ambicioso proyecto FONDEF IT para crear un brazo robótico que colabore directamente con los estudiantes.

«Vemos que a nivel global la interacción con la inteligencia artificial será parte de nuestra vida cotidiana. La pregunta que debemos hacernos es: ¿estamos preparando a nuestros niños para ese futuro?», comenta Aguilera. «Queremos que un niño en una escuela rural de nuestra zona tenga las mismas oportunidades de comprender y colaborar con un robot que un estudiante en Hong-Kong», añade.

El prototipo funcional ya cuenta con cámaras y sensores que le permiten «ver» su entorno e interactuar con objetos. Su característica más disruptiva es una IA capaz de comprender comandos de voz en lenguaje natural. Esto significa que un estudiante no necesita saber programar para darle instrucciones. Si el niño le pide que mueva una pieza o realice una tarea y comete un error, el robot está diseñado para orientarlo.

«La idea es que los niños tengan un acercamiento temprano y colaborativo. El robot podrá guiarlo con la voz, convirtiendo el error en una oportunidad de aprendizaje», explica el investigador.

Una de las innovaciones clave es su capacidad para operar sin conexión a internet. «Entendemos la realidad de la ruralidad en nuestro país. Era fundamental que el robot pudiera operar de manera offline, garantizando que la falta de conectividad no sea una barrera», subraya Aguilera.

De la impresión 3D a un laboratorio de clase mundial

La meta es que, en el futuro, las propias escuelas puedan imprimir las piezas del brazo con impresoras 3D y ensamblarlo localmente. El verdadero desafío, en el que se concentra el equipo, es robustecer el software para que el robot cumpla su fin pedagógico de forma intuitiva.

El objetivo a mediano plazo es construir al menos 14 brazos robóticos adicionales para una implementación a mayor escala, comenzando por escuelas rurales para luego expandirse a la zona urbana. En esta labor participan estudiantes de la misma universidad, quienes actuarán como embajadores del proyecto en las comunidades.

Esta iniciativa es la punta de lanza de una visión más amplia: la consolidación de LIRIA, el Laboratorio Interdisciplinario de Robótica e Inteligencia Artificial en Puerto Montt. Este centro no solo dará soporte al brazo robótico, sino que buscará abordar desafíos territoriales de la región en industrias como la acuicultura y la agricultura.

Para asegurar la calidad y el impacto, el equipo está colaborando con expertos de Georgia Tech, una de las universidades más prestigiosas del mundo en ingeniería. Así, lo que comienza en un aula rural se proyecta como el motor de un nuevo desarrollo tecnológico con sello local, preparando a los futuros profesionales no solo para usar la tecnología, sino para crearla.


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