Marguerite Perey: La primera mujer en la Academia de Ciencias Francesa

Tiempo de lectura: 2 minutos La física francesa Marguerite Perey pasó a la historia por descubrir el francio, el último elemento químico hallado en la naturaleza.
Marguerite Catherine Perey fue una física francesa, responsable del descubrimiento del elemento francio y la primera mujer en ser elegida para la Academia de Ciencias de Francia. Su larga trayectoria estuvo marcada por sus inicios en la ciencia, a sus 19 años se convirtió en la asistente personal de la física polaca, Marie Curie, en el Instituto del Radio de Curie (París).
Bajo la guía de Curie, Marguerite Perey aprendió a aislar y purificar elementos radiactivos, especialmente el actinio, un elemento químico descubierto en el laboratorio de Curie. Así, durante una década, Perey se dedicó a separar el actinio de todos los demás componentes del mineral de uranio, que luego Curie utilizó en su estudio de la desintegración del elemento.
En 1935, tras leer una artículo de científicos estadounidenses que afirmaron descubrir un tipo de radiación llamada partículas beta, Perey decidió investigar por su cuenta para revertir esta teoría. Logró confirmar que el actinio se desintegraba en otro elemento y, mientras investigaba la radiación del actinio, detectó una pequeña cantidad de radiación alfa. La pérdida de una partícula alfa convertiría al actinio en el elemento 87, consolidando un descubrimiento nunca antes visto, bautizándolo como «francio», el último elemento químico proveniente de una fuente natural.
A pesar de que este hito fue de su autoría, el anuncio fue realizado por el químico francés, Jean Perrin, dado que ella era una asistente de laboratorio sin título universitario.
Aportes y últimos años de investigación
Posteriormente, Perey recibió una beca para estudiar en la universidad Sorbona de París, pero como no tenía una licenciatura, tuvo la opción de tomar cursos para cumplir con los requisitos del programa académico. En 1946 se graduó con un doctorado en Física y regresó al Instituto del Radio como científica senior, donde trabajó hasta 1949.
La científica fue nombrada jefa del departamento de química nuclear de la Universidad de Estrasburgo en 1949. Fundó un laboratorio que en 1958 pasó a ser el Laboratorio de Química Nuclear del Centro de Investigación Nuclear, del que fue directora.
Irónicamente, Perey pensaba que el francio ayudaría a diagnosticar el cáncer, pero no sabía que este elemento era cancerígeno y, debido a la constante exposición, contrajo un cáncer de huesos que terminó con su vida en 1975. Por su honorable trabajo, fue nominada cinco veces al Premio Nobel, pero nunca lo recibió.