Estudio chileno investiga el litio como preventivo de la demencia

Tiempo de lectura: 2 minutos La investigación se centrará en personas con depresión y trastorno bipolar, dos de los principales factores de riesgo para el deterioro cognitivo, y podría transformar el enfoque preventivo de las enfermedades neurodegenerativas en el país.
En un mundo con una población que envejece rápidamente, las enfermedades neurodegenerativas como la demencia representan uno de los mayores desafíos para la salud pública. Si bien la edad es el principal factor de riesgo, existen otros elementos determinantes. Entre ellos, las enfermedades del ánimo han demostrado ser un factor crítico.
«Se ha comprobado que las personas con enfermedades del ánimo tienen hasta cuatro veces más riesgos de desarrollar un cuadro neurodegenerativo, incluso a edades más tempranas (…); sin embargo, en pacientes tratados con litio, este riesgo disminuye al nivel de la población general», explica el Dr. Paul Vöhringer, psiquiatra de la U. de Chile e investigador principal de un pionero estudio que busca evaluar si dosis pequeñas de litio pueden proteger contra el deterioro cognitivo en pacientes con depresión y trastorno bipolar.
Esta idea no es nueva. Un estudio seminal de 2007 reveló que la prevalencia de Alzheimer era significativamente menor en pacientes bipolares tratados a largo plazo con litio. A esta evidencia se suma un fascinante dato chileno: en la Región de Tarapacá, donde el agua potable tiene una de las concentraciones de litio más altas del mundo, la prevalencia de demencia en personas de 75 a 79 años es del 4,3%, cifra muy inferior al promedio nacional del 8,4%.
Un ensayo clínico chileno que busca una «vacuna antidemencia»
El equipo de investigadores, que incluye a los doctores Bárbara Palma, Álvaro Provoste, María Ignacia Carrasco, Graciela Rojas y la colaboración de Nassir Ghaemi de Harvard Medical School, publicó el protocolo del estudio en el International Journal of Clinical Trials. El ensayo clínico, titulado «Trace-dosage of lithium for prevention of cognitive declining in mood illnesses«, reclutará a 250 participantes de entre 55 y 75 años con diagnóstico de depresión mayor o trastorno bipolar.
Durante cinco años, la mitad de los participantes recibirá una dosis mínima de litio y la otra mitad, un placebo, sin abandonar sus tratamientos habituales. La clave del estudio radica en la dosis. «Las dosis clínicas de litio para trastornos del ánimo suelen ir entre 600 y 1.800 mg diarios. Nosotros calculamos que con una dosis de 50 mg, lo que llamamos una dosis traza, es posible obtener el efecto protector sin exponer a las personas a los efectos adversos asociados, como daños en la tiroides o el riñón», detalla el Dr. Vöhringer.
Si los resultados son positivos, el impacto podría ser global. La investigación no solo validaría una estrategia de bajo costo y fácil implementación, sino que abriría la puerta a un enfoque completamente nuevo en la lucha contra el deterioro cognitivo. «Lo que estamos evaluando es si una dosis traza de litio puede ralentizar la progresión hacia la demencia. En ese sentido, el litio podría llegar a convertirse en una especie de vacuna antidemencia«, concluye Vöhringer.