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Pescados, legumbres y frutos secos: Alimentos para una dieta antiinflamatoria exitosa

Pescados, legumbres y frutos secos: Alimentos para una dieta antiinflamatoria exitosa

Cooperativa Ciencia,

Tiempo de lectura: 2 minutos Aunque la evidencia sobre la dieta antiinflamatoria «aún no es es lo suficientemente sólida», alimentos como grasas saludables, frutos secos y verduras han mostrado prometedores beneficios para la salud.

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La inflamación es una respuesta natural y necesaria del cuerpo para defenderse de agresiones como golpes o infecciones. El problema surge cuando esta reacción se vuelve crónica: una inflamación de bajo grado, silenciosa y persistente, que puede ser la base de graves problemas de salud.

Según la nutrióloga del Hospital Clínico Universidad de Chile, Dra. Ana Claudia Villarroel, esta inflamación subclínica está «estrechamente relacionada con la mala alimentación, el estrés y otros malos hábitos de vida». Esta condición puede derivar en el llamado síndrome metabólico y la resistencia a la insulina, factores que aumentan el riesgo de mortalidad, especialmente por enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.

En este contexto, la dieta antiinflamatoria se presenta como una solución con un objetivo simple: reducir el consumo de productos que promueven la inflamación y aumentar la ingesta de aquellos que la modulan. Entre los alimentos recomendados se encuentran las verduras y frutas frescas, pescados ricos en ácidos grasos omega-3, grasas saludables como el aceite de oliva, la palta y los frutos secos, las legumbres y los cereales integrales.

Por el contrario, se aconseja evitar productos ultraprocesados como bebidas azucaradas, harinas refinadas y alimentos con aditivos químicos, ya que tienden a elevar los marcadores inflamatorios en el organismo.

¿Qué dice la ciencia de la dieta mediterránea?

Aunque la dieta antiinflamatoria ha mostrado beneficios en estudios específicos para el manejo del dolor crónico o enfermedades autoinmunes, la especialista es cauta al recomendarla de forma generalizada. «Existen estudios con resultados variados, algunos a favor y otros en contra, por lo que la evidencia sobre la dieta antiinflamatoria aún no es lo suficientemente sólida«, advierte Villarroel.

En la práctica clínica, su aplicación suele basarse en un enfoque de «ensayo y error», observando si los cambios generan mejoras en síntomas como la depresión o dolores articulares. Además, la doctora alerta sobre la influencia de la industria, que promociona suplementos bajo el concepto de «índice antiinflamatorio». «Muchas personas terminan gastando grandes sumas de dinero en productos sin tener resultados reales, porque la base de su alimentación sigue siendo deficiente», enfatiza.

Finalmente, frente a esta incertidumbre, la especialista destaca que el patrón de alimentación con la mayor y más robusta evidencia científica es la dieta mediterránea, un modelo que basa su éxito con el alto consumo de frutas, verduras, legumbres, pescado y aceite de oliva. Entre los beneficios de este modelo de alimentación, la especialista destaca la reducción de la inflamación y la prevención de múltiples patologías crónicas.


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