El 86% de las playas en Chile están en retroceso por la erosión costera

Tiempo de lectura: 2 minutos Un nuevo y alarmante análisis del Observatorio de la Costa confirma que la erosión del borde costero de Chile no solo es una tendencia sostenida, sino que se ha acelerado drásticamente en el último año.
Un análisis preliminar del Observatorio de la Costa ha encendido las alarmas sobre el futuro del borde costero de Chile. Los nuevos datos, que actualizan una investigación en 67 playas del país, confirman no solo una tendencia sostenida de erosión, sino que también una aceleración drástica en el último año. El estudio señala que el 86% de las playas analizadas presenta retrocesos preocupantes, un fenómeno que amenaza tanto a los ecosistemas como a las comunidades que dependen de ellos.
La situación es especialmente crítica en balnearios reconocidos. En la Región de Valparaíso, playas urbanas como Reñaca y Caleta Portales prácticamente duplicaron su tasa de erosión. Mientras Reñaca pasó de un retroceso de -0,37 metros anuales en 2023 a -1,21 m/año en 2024, Caleta Portales pasó de una ligera ganancia a una pérdida de -1,77 m/año.
Sin embargo, los casos más extremos se registran en otras latitudes: Hornitos (Región de Antofagasta) y Santo Domingo (Región de Valparaíso) lideran la lista con pérdidas de -5,2 y -5,7 metros anuales, respectivamente, más del doble de lo registrado el año anterior.
Urbanización y marejadas: Causas del retroceso acelerado
Según los expertos, esta acelerada pérdida de arena se debe a una combinación de factores naturales y humanos. La directora del Observatorio de la Costa y académica del Instituto de Geografía UC, Carolina Martínez, explica que la intervención humana es un factor clave. «Vemos un retroceso acelerado en playas urbanas de la Región de Valparaíso, donde la destrucción de humedales y dunas para proyectos inmobiliarios está pasando una elevada cuenta».
Estos ecosistemas, como dunas y humedales, actúan como reservas naturales de arena y barreras de protección. Al ser urbanizados, se interrumpe el ciclo natural de recuperación de las playas. «Los sistemas costeros son dinámicos, una playa recupera sus arenas como parte de un ciclo estacional. Al interrumpir estos ciclos con nuestras formas de ocupación, se impide la recuperación de las playas, lo que causa la erosión», detalla la investigadora del Instituto Milenio Secos.
A esto se suma el impacto de fenómenos como las marejadas, que según investigaciones del mismo observatorio, se han vuelto más intensas y persistentes desde 2015. La combinación de un oleaje más fuerte y la falta de defensas naturales resulta en una ecuación destructiva para el litoral. «Estimamos que en una década al menos diez playas podrían desaparecer debido a estos procesos erosivos», advierte Martínez.
La urgencia de una Ley de Costas
Mientras la evidencia científica demuestra la gravedad del problema, la propuesta de una Ley de Costas sigue estancada en el Parlamento. Desde el Observatorio de la Costa insisten en que esta legislación es fundamental para cambiar el rumbo. La moción parlamentaria, impulsada por la organización, no busca regular solo el «borde costero», sino que propone una gestión integrada de toda la zona costera.
La ley permitiría regular los usos del suelo en áreas de riesgo, proteger los campos dunares y humedales costeros, y establecer un marco de gobernanza que responda de manera efectiva a los desafíos impuestos por el cambio climático. Sin una acción legislativa decidida, la desaparición de las playas chilenas dejará de ser una advertencia para convertirse en una irreversible realidad.