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Chimpancés salvajes consumen el equivalente a casi dos bebidas alcohólicas diarias

Chimpancés salvajes consumen el equivalente a casi dos bebidas alcohólicas diarias

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Tiempo de lectura: 2 minutos Un estudio en Uganda y Costa de Marfil revela que los primates ingieren alcohol a través de frutas fermentadas, un comportamiento que podría rastrear el origen de la fascinación humana por las bebidas alcohólicas hasta nuestros ancestros comunes.

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Un equipo internacional de científicos reveló que los chimpancés salvajes consumen diariamente el equivalente a casi dos bebidas alcohólicas estándar.

Esta ingesta proviene de frutas fermentadas, ricas en etanol, y aunque los animales no buscan la embriaguez, este comportamiento crónico ofrece una nueva perspectiva sobre la persistente atracción de los humanos por el alcohol, sugiriendo una profunda raíz evolutiva.

La investigación, publicada en la revista Science Advances y coordinada por la Universidad de California en Berkeley, se centró en chimpancés en su hábitat natural en Ngogo (Uganda) y Taï (Costa de Marfil). Los resultados son contundentes: tanto machos como hembras ingieren aproximadamente 14 gramos de etanol puro al día.

Aleksey Maro, autor principal del estudio, explica que esta cantidad equivale a una bebida alcohólica estándar estadounidense, que, al ajustarse por el peso corporal (un chimpancé pesa unos 40 kg frente a los 70 kg de un humano promedio), se traduce en «casi dos bebidas al día«.

Los científicos analizaron las concentraciones de etanol en 21 frutas recolectadas, encontrando un promedio de 0,32% y 0,31% en las muestras de Uganda y Costa de Marfil, respectivamente. Las frutas más consumidas en cada región, como el higo (Ficus musuco) y una fruta similar a la ciruela, eran las que presentaban mayores niveles de alcohol.

Dado que los chimpancés pueden comer hasta 4,5 kilogramos de fruta al día, se estima que su ingesta diaria de etanol alcanza el equivalente a 1,4 bebidas estándar, una «dosis considerable de alcohol» según Robert Dudley, coautor del estudio. A pesar de esta exposición constante, los chimpancés no muestran signos de intoxicación, ya que su consumo se distribuye a lo largo del día y requeriría una cantidad desproporcionada de fruta para emborracharse.

La hipótesis del «mono borracho»: Un vistazo al pasado evolutivo

Este estudio no solo documenta un comportamiento intrigante, sino que también refuerza la «hipótesis del mono borracho«, propuesta por Dudley en 2016. Esta teoría sugiere que la inclinación humana por el alcohol tiene sus cimientos en los hábitos alimenticios de los primeros homínidos, quienes, al igual que los chimpancés, habrían estado expuestos regularmente al etanol en frutas maduras y fermentadas.

Según Dudley, los animales podrían ser atraídos por el etanol no solo por su olor, que indica un mayor contenido de azúcar y, por ende, un mejor rendimiento energético, sino también porque el alcohol podría potenciar el placer de comer, de forma similar a cómo el vino mejora una cena. Además, el compartir frutas con alcohol podría haber jugado un papel en la construcción de vínculos sociales entre primates.

El hallazgo de que los chimpancés consumen etanol de forma crónica es una pieza clave para entender cómo nuestros antepasados comunes con estos primates también habrían interactuado diariamente con el alcohol. «Los chimpancés consumen una cantidad de alcohol similar a la que consumiríamos si comiéramos alimentos fermentados a diario», afirma Maro.

Este estudio sugiere, por tanto, que la profunda atracción humana por el alcohol podría ser una herencia ancestral, enraizada en la dieta de frutas fermentadas de nuestros linajes evolutivos.


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