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Proyecto INNA: AES Andes pide más plazo para responder a observaciones por amenaza a cielos de Atacama

Proyecto INNA: AES Andes pide más plazo para responder a observaciones por amenaza a cielos de Atacama

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Tiempo de lectura: 3 minutos AES Andes, desarrolladora del proyecto energético INNA, solicitó un plazo extendido para responder a las observaciones lideradas por la comunidad científica, que advierten sobre la amenaza de contaminación lumínica y ambiental.

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La empresa AES Andes solicitó una extensión del plazo para responder al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) sobre su proyecto INNA, una iniciativa de energía e hidrógeno verde que, según advierten desde el Observatorio Europeo Austral y la comunidad científica, amenaza la observación astronómica en la Región de Antofagasta.

A través de un documento publicado por el SEA, se conoció que la empresa solicitó una nueva prórroga para responder a las observaciones hasta el 29 de mayo de 2026. Esta petición se fundamenta en «nuevos antecedentes» y la complejidad técnica surgida tras el proceso de Participación Ciudadana que generó un «volumen de datos de gran magnitud».

Según la empresa, la cantidad y complejidad de las observaciones, que ascienden a 1.440 en total, con más de 600 provenientes de la comunidad científica y astronómica, justifican la necesidad de más tiempo. Entre los «observantes» se cuentan instituciones de renombre internacional y nacional como SOCHIAS (Sociedad Chilena de Astronomía), ESO (Observatorio Europeo Austral), la Asociación Dark Sky y el Centro de Estudiantes de Astrofísica.

«En el lado astronómico, necesitan realizar los estudios solicitados, ya que carecen de información relevante para analizar su impacto. Además, su estudio presenta deficiencias técnicas como hemos enfatizado en repetidas ocasiones desde el Observatorio Europeo Austral»,  señala la representante del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, Itziar de Gregorio-Monsalvo.

La amenaza a los cielos astronómicos

El principal punto de conflicto radica en la ubicación del megaproyecto industrial INNA, que abarca más de 3.000 hectáreas y contempla múltiples instalaciones energéticas. Su proximidad a centros astronómicos de relevancia global en el desierto de Atacama, como el Observatorio Paranal y el futuro Extremely Large Telescope (ELT) de ESO en Cerro Armazones, ha sido el foco de las críticas.

El Observatorio Europeo Austral (ESO) denunció en enero de 2025 la seria amenaza que INNA representa para la observación astronómica. Mapas elaborados por el Centro de Astronomía (CITEVA) de la Universidad de Antofagasta revelan distancias críticas: 11,6 km desde el límite de INNA hasta Cerro Paranal y 20 km hasta Armazones.

Aún más preocupante, un observatorio proyectado dentro del terreno de ESO, el conjunto de Telescopios Cherenkov Sur (CTA), se encontraría a solo 5,8 km de distancia. Este último, firmado en 2018 y que se proyecta como el observatorio de rayos gamma más grande del mundo, vería comprometido su inicio de construcción.

Un informe técnico de ESO estima que la contaminación lumínica aumentaría al menos un 35% sobre el Very Large Telescope (VLT) y más del 50% sobre el CTAO-Sur, niveles incompatibles con observaciones de alta precisión. Incluso el ELT, en construcción, sufriría un aumento del 5% en la contaminación lumínica.

De Gregorio-Monsalvo menciona una serie de falencias respecto a los estudios presentado por AES Andes al SEA: «No han considerado al telescopio CTA Sur, las líneas de base de luminosidad no están realizadas correctamente, y, además, necesitan considerar el aumento de contaminación lumínica que van a producir».

«Además, carecen de un estudio completo sobre otros contaminantes debido a microvibraciones, turbulencia atmosférica y afectación a los telescopios por el polvo en suspensión que van a producir», agrega.

Consenso científico por la reubicación del proyecto

Treinta y nueve premios nacionales, incluyendo destacadas figuras como Mónica Rubio, María Teresa Ruiz, José Maza y Guido Garay, han expresado su «gran preocupación» por el impacto del proyecto INNA, que busca producir hidrógeno y amoníaco verde.

Académicos de la Universidad de Chile, el Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH) y el Consejo de Rectoras y Rectores (CRUCH) se han sumado al rechazo, enfatizando que «no existe medida de mitigación capaz de garantizar la protección de los cielos en las condiciones actuales». Estas instituciones han hecho un llamado a evaluar la reubicación del proyecto para salvaguardar los cielos oscuros de Chile, un patrimonio científico reconocido mundialmente por sus aportes, como la primera imagen de un exoplaneta.

Desde AES Andes señalan en el documento publicado por el SEA la necesidad de estudios adicionales y nuevas modelaciones en luminosidad artificial, efecto de vibraciones y turbulencias del parque eólico, y análisis de material particulado. Asimismo, mencionan que las observaciones en materia astronómica, en su gran mayoría, «corresponden a una materia cuya regulación es de reciente data que, en consecuencia, presenta una baja densidad regulatoria y ausencia de normativa de referencia».

Por eso, indica AES Andes, necesitan «resolver materias de reciente regulación, a través de respuestas que provengan de un proceso de complementación de resultados de una cantidad relevante de estudios técnicos, de alta complejidad, y de distinta naturaleza científica».

Al respecto, desde ESO Chile responden que sería clave impulsar «lo antes posible» una actualización de la norma que considere «los efectos nefastos que un megaproyecto como INNA ejercería sobre el Observatorio Paranal», concluye de Gregorio-Monsalvo.


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