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Estudio advierte las amenazas que enfrenta el «gruñidor de Valeria», reptil endémico de Chile

Estudio advierte las amenazas que enfrenta el «gruñidor de Valeria», reptil endémico de Chile

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Tiempo de lectura: 3 minutos Un estudio de la Universidad de O’Higgins (UOH) revela que el Pristidactylus valeriae, conocido como «gruñidor de Valeria», enfrenta una compleja red de amenazas, desde el cambio climático hasta la presión humana y especies invasoras.

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Una reciente investigación de la Universidad de O’Higgins (UOH) advierte sobre el estado crítico del Pristidactylus valeriae, o «gruñidor de Valeria«. Este es un reptil endémico presente en las regiones de O’Higgins y Metropolitana, que habita en los cordones montañosos de la Cordillera de la Costa al sur del Río Maipo y sus áreas bajas adyacentes.

El estudio, enmarcado en el Convenio UOH-Codelco para la Conservación de la Biodiversidad, revela que las amenazas van más allá del cambio climático y la presencia de especies exóticas invasoras. La actividad humana, desde la alteración de hábitats hasta la captura ilegal, se suma a la lista de factores que incrementan la vulnerabilidad de este singular lagarto.

La investigación, liderada por la Dra. Gemma Rojo y el profesor Hugo Díaz, ambos del Instituto y Escuela de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ICA3 y ECA3) de la UOH, se centró en tres sectores del cordón de Cantillana. Sus hallazgos indicaron que la disminución de las poblaciones de Pristidactylus valeriae no solo representa una pérdida de biodiversidad, sino que también indica un aumento en la fragilidad de los ecosistemas mediterráneos.

Un ecosistema en deterioro

«Nuestro estudio buscó entender cómo vive y se comporta el gruñidor de Valeria a lo largo del año y cuáles son las características de los lugares que habita. Saber cuándo está activo y qué condiciones necesita fue la clave para explicar la disminución de sus poblaciones y orientar acciones de conservación urgentes», explica la Dra. Rojo.

El trabajo de campo, detallado por Hugo Díaz, incluyó recorridos pedestres, sensores de temperatura y humedad, y cámaras trampa en la Reserva Nacional Roblería del Cobre de Loncha, el Santuario de la Naturaleza Cerro Poqui y un bosque esclerófilo en Lo Miranda. La observación directa resultó ser el método más fiable para detectar individuos, su uso espacial y temporal del sustrato, y su distancia de huida.

Un hallazgo preocupante es que las cámaras, aunque registraron poca actividad del lagarto, revelaron la presencia de depredadores como gatos, ratas y otras especies exóticas invasoras, intensificando los riesgos para el gruñidor. La Dra. Rojo añade que la distancia de escape del Pristidactylus frente al ser humano es hoy menor que hace tres décadas, un factor que lo hace más susceptible a la captura ilegal y plantea serias interrogantes sobre su número real de individuos y la influencia combinada del cambio climático y las especies invasoras.

Estrategias para la conservación del gruñidor

Los investigadores observaron que el «gruñidor de Valeria» muestra mayor actividad en primavera y verano, mientras que en otoño e invierno reduce su movimiento debido a las bajas temperaturas. Cuando está activo, prefiere las rocas para termorregular, incluso si hay abundante hojarasca. Estos patrones estacionales son cruciales para diseñar estrategias de conservación efectivas.

Rojo y Díaz enfatizan la urgencia de implementar un programa de conservación específico que considere los períodos de mayor actividad del reptil. Esto incluye la protección de sus hábitats rocosos y de los bosques de Nothofagus, fundamentales para su supervivencia.

Asimismo, subrayan la necesidad de un control riguroso de especies exóticas invasoras, como gatos, ratas y perros, y de fortalecer los planes oficiales de conservación, como el RECOGE0011 del Ministerio del Medio Ambiente.

«El gruñidor de Valeria no solo está catalogado como especie en peligro de extinción, sino que constituye un indicador clave de la salud de los ecosistemas mediterráneos de Chile central», concluyen los científicos.


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