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Jugar para aprender: La metodología lúdica que está transformando la educación

Jugar para aprender: La metodología lúdica que está transformando la educación
Créditos: Daniela Avello.

Cooperativa Ciencia,

Tiempo de lectura: 2 minutos En el contexto de avances tecnológicos, distintas iniciativas aprovechan el mundo digital para crear juegos de aprendizaje.

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El Aprendizaje Basado en Juegos (ABJ) es una herramienta pedagógica que está ganando terreno no solo en la educación preescolar, sino también en la escolar y universitaria chilena. Esta aproximación, que fusiona emoción y cognición, promete una experiencia de aprendizaje más significativa y motivadora que los métodos tradicionales.

De acuerdo con el académico de la Facultad de Educación de la Universidad Católica (UC), Pablo Torres, la clave del éxito del ABJ reside en la motivación. «Hay algunos estudios que muestran que el aprendizaje lúdico, el aprendizaje a través del juego, genera mayor aprendizaje que metodologías más directivas o instruccionales».

Por otro lado, según el también académico de la Facultad de Educación UC, Jaime Balladares, es fundamental diferenciar entre el ABJ y la gamificación: «El aprendizaje basado en juegos consiste en crear juegos que promuevan objetivos de aprendizaje precisos para su logro. La gamificación, en cambio, es el desarrollo de actividades tradicionales utilizando algunas mecánicas del juego, como recompensas, puntos o historias».

Juegos físicos vs. digitales

La elección entre juegos físicos o digitales dentro de la metodología ABJ presenta distintas ventajas. Los juegos análogos, con sus tableros, fichas y lápices, fomentan la atención conjunta y la interacción social directa entre los jugadores, algo que las pantallas digitales pueden limitar en la experiencia sincronizada en el aula. «Lo físico y lo material ayudan mucho a la atención entre los jugadores», señala Pablo Torres. Además, los juegos físicos ofrecen mayor flexibilidad para modificar reglas y narrativas, adaptándose mejor a las dinámicas cambiantes del aula.

Por otro lado, los juegos digitales sobresalen en facilidad de implementación, requiriendo menos recursos humanos y permitiendo que cada jugador participe desde su propio dispositivo, aunque esto pueda restar la interacción presencial. Un ejemplo de éxito en este ámbito es «Integrity Game 2D», un videojuego desarrollado por Daniela Avello, académica de la carrera de Terapia Ocupacional, donde los estudiantes resuelven dilemas éticos y de integridad académica en un entorno virtual.

El error, a menudo estigmatizado en el aula tradicional, encuentra un espacio de aceptación y exploración en el ABJ. El jefe de Formación y Asesoría en la Dirección de Enseñanza e Innovación Docente, Juan Andrés García, subraya que «en el juego el error está mucho más aceptado. Es muy distinto equivocarse en una clase, donde puede dar vergüenza, que en un juego, donde las personas se atreven más, exploran otros puntos de vista y eso promueve mucho el aprendizaje».

Autonomía, colaboración y aprendizaje

¿Cómo sería resolver complejos problemas matemáticos mientras se recolectan gemas en un libro mágico? Esta es la esencia de «Exponentia: El despertar del origen», un juego de mesa creado por las estudiantes de Pedagogía en Educación Media en Matemática UC, Constanza del Solar Diener y Andrea Vilca Sánchez. Este proyecto, seleccionado entre los 100 mejores de Jump Chile 2025, aborda contenidos como potencias, raíces enésimas y logaritmos, fomentando la autoeficacia y el compromiso de los alumnos.

Pese a que la investigación en ABJ aún es incipiente, iniciativas como Minku, impulsada por Jaime Balladares en la Facultad de Educación UC, están fortaleciendo este campo. Con un equipo multidisciplinario de psicólogos, educadores, diseñadores e ingenieros, Minku crea juegos basados en evidencia científica que no solo promueven el aprendizaje, sino también la autonomía y la colaboración.


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