Serpiente de cola larga se convierte en la nueva Embajadora de la Fauna Chilena 2026
Tiempo de lectura: 2 minutos El anuncio se realizó este domingo 9 de noviembre en el Museo Interactivo Mirador (MIM), durante la celebración del Día de la Fauna organizada por el Goodall Institute Chile.
La serpiente de cola larga (Philodryas chamissonis), uno de los reptiles más emblemáticos y extendidos de Chile, fue elegida por votación ciudadana como la Embajadora de la Fauna Chilena para el año 2026.
El nombramiento tuvo lugar este domingo 9 de noviembre en el Museo Interactivo Mirador (MIM), durante la celebración del Día de la Fauna organizado por el Goodall Institute Chile.
La culebra de serpeinte larga se impuso entre otros cinco competidores: la chinchilla de cola corta (Chinchilla chinchilla), el dragón de la Patagonia (Andiperla willinki), la parina grande (Phoenicoparrus andinus), el sapo de pecho espinoso de la Parva (Alsodes tumultuosus) y la marsopa espinosa (Phocoena spinipinnis).
Este reconocimiento se suma a una lista de especies ilustres que han ocupado este rol, incluyendo al chungungo (Embajador 2025), el zorro de Darwin, el huemul, el gato andino, el quirquincho de la puna, el ciervo volante, el pingüino de Humboldt, la rana del Loa, el picaflor de Juan Fernández, la vaquita del desierto de Paposo y el monito del monte, destacando la diversidad biológica que Chile protege y celebra.
Serpiente de cola larga: Un reptil resiliente
La Philodryas chamissonis, conocida popularmente como serpiente de cola larga, es la serpiente más común y extendida en Chile. Su hábitat abarca desde el desierto de Atacama hasta los bosques del sur, e incluso se le encuentra a casi tres mil metros de altura.
A pesar de que algunos ejemplares pueden superar los dos metros de longitud, es una especie tímida y no agresiva, mordiendo solo si se siente amenazada. Su veneno es leve y lo utiliza principalmente para cazar pequeños animales como lagartijas, anfibios o ratones.
Esta culebra es una gran superviviente, con habilidades para nadar, trepar árboles e incluso alimentarse de otras serpientes. Sin embargo, enfrenta amenazas significativas como el temor humano y la pérdida de su hábitat, lo que la clasifica en categoría «Vulnerable» en Chile. Si te encuentras con una, la recomendación es simple: obsérvala y déjala seguir su camino.