Descubren fósil de helecho en la Antártica: Data de la era de los dinosaurios
Tiempo de lectura: 3 minutos Un equipo científico internacional desenterró un fósil de helecho permineralizado único en la Antártica, nombrado Escuderia livingstonensis.
Un equipo internacional de científicos descubrió en la Antártica un fósil de helecho permineralizado excepcionalmente conservado, bautizado como Escuderia livingstonensis. Este hallazgo permite comprender la naturaleza del continente antártico, caracterizado por una exuberante vegetación durante el período Cretácico, la era de los dinosaurios.
«Escuderia livingstonensis es el primer fósil permineralizado de Schizaeales descrito para la Antártica con una anatomía finamente preservada«, el paleobiólogo Marcelo Leppe Cartes, académico del Centro GEMA-Universidad Mayor e investigador del Instituto Antártico Chileno (INACH).
Esta preservación detallada permite comparaciones precisas con especies vivas y sienta las bases para análisis filogenéticos que integran datos fósiles y moleculares, proporcionando una ventana a la historia evolutiva de los helechos.

Un viaje al pasado vegetal de la Antártica
El estudio es fruto de una colaboración internacional entre científicos de Chile y Japón. El material fósil fue recolectado en Williams Point, isla Livingston (Islas Shetland del Sur), durante la Expedición Científica Antártica (ECA 48) organizada por el INACH en 2011.
La investigación se enmarcó en proyectos Fondecyt de Chile y Kakenhi de Japón. Instituciones como la Chuo University, Patagon Institute of Palaeobotany, Centro GEMA-Universidad Mayor, Osaka Metropolitan University y Shizuoka University participaron en la publicación, destacando la multidisciplinariedad del equipo.
El género Escuderia rinde homenaje a Julio Escudero Guzmán, jurista chileno fundamental en la creación del Tratado Antártico y cuyo nombre ostenta la principal base científica del INACH. El epíteto livingstonensis alude a su lugar de origen, la isla Livingston. «Los autores quisieron reconocer a la base Escudero y a su gente, científicos y logísticos, que hacen posible la investigación en áreas remotas de la Antártica», detalló Leppe, destacando el valor de la ciencia antártica chilena.

Los secretos de un ecosistema antiguo
El fósil de Escuderia livingstonensis presenta rasgos morfológicos únicos, incluyendo una ramificación simpodial del eje fértil y esporangios con fijación basilateral, caracteres que no coinciden con ningún género conocido, ni vivo ni fósil. Para su análisis, el equipo utilizó una combinación de peels seriados, reconstrucción 3D y microscopía de alta resolución, alcanzando un nivel de detalle que revela la complejidad de esta antigua planta.
«Los fósiles permineralizados entregan información anatómica clave para probar hipótesis filogenéticas», afirmó Leppe, quien ve en este material el inicio de la reconstrucción «holofilogenética» de Schizaeales. Este enfoque integra características anatómicas y esporas en su contexto original, ofreciendo una visión integral de su evolución.
Este descubrimiento refuerza la hipótesis de que la Antártica no fue una región marginal, sino un centro de diversificación para helechos y plantas vasculares durante el Cretácico. En el mismo paleosuelo donde se encontró Escuderia livingstonensis, se hallaron otros fósiles asociados, como órganos ovulados gimnospérmicos, brotes y hojas de coníferas (Araucariales) y raíces con nódulos micorrícicos.
El equipo ya ha realizado una reconstrucción 3D del fósil y planea nuevos análisis comparativos con ejemplares de Japón y el sur de Sudamérica. «El reanálisis de rocas colectadas mediante tecnologías no destructivas, como tomografía de rayos X, permitirá descubrir más evidencias de un tiempo en que la Antártica era verde y poblada de vegetación, cuyos descendientes aún viven en la Patagonia austral», concluyó Leppe.