La Pata de Guanaco del desierto de Atacama podría ser clave para desarrollar cultivos resistentes a la sequía
Tiempo de lectura: 2 minutos De acuerdo con los investigadores, el potencial de esta planta reside en su capacidad de adaptarse a la escasez de agua y revertir su metabolismo cuando vuelve a disponer de agua.
En el extremo paisaje del desierto de Atacama, considerado el más seco del planeta, una flor fucsia desafía las adversidades. Se trata de la Pata de Guanaco (Cistanthe longiscapa), una planta que cada primavera tiñe de color el árido terreno, demostrando su capacidad de supervivencia. Una nueva investigación revela que esta especie puede ser secuenciada genómicamente y, eventualmente, desarrollar cultivos más resistentes al cambio climático.
El equipo de investigadores del Centro de Biotecnología Vegetal (CBV) de la Universidad Andrés Bello (UNAB), liderados por el Dr. Ariel Orellana, lograron descifrar los secretos de esta especie, detectando su plasticidad fisiológica, lo que le permite adaptarse a las fluctuaciones en la disponibilidad de agua.
Esta planta captura el carbono del CO2 atmosférico a través de unas estructuras microscópicas ubicadas en sus hojas, conocidas como estomas. «En condiciones normales, estos se abren durante el día para permitir la entrada del CO₂ y la salida de vapor de agua, y luego se cierran en la noche», detalla Orellana.
Su adaptación al cambio climático
De acuerdo con el estudio, la Pata de Guanaco ha desarrollado una estrategia evolutiva para enfrentar la sequía extrema. Cuando la aridez se intensifica, esta planta invierte su ciclo metabólico: cierra sus estomas durante el día y los abre por la noche. Esta adaptación minimiza la pérdida de agua por transpiración, permitiéndole continuar con la fotosíntesis y crecer «abundante y exitosa, incluso en condiciones muy adversas», añade Orellana.
Mientras que, cuando el agua vuelve a estar disponible, la planta es capaz de revertir este comportamiento y ajustarse nuevamente a un metabolismo diurno.
Inspiración para la agricultura del futuro
«La información que estamos obteniendo puede ser utilizada para generar, en el futuro, especies agronómicas que crezcan con menor cantidad de agua, utilizando herramientas como la edición genética o el mejoramiento tradicional», subraya el Dr. Orellana. Se estima que este camino podría tardar entre cinco a diez años antes de que estas soluciones sean aplicables a la agricultura a gran escala.
Actualmente, el equipo ha logrado secuenciar el genoma completo de la Pata de Guanaco y está avanzando en la comprensión de cómo funcionan los genes involucrados en su notable resistencia.