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Vota por la biodiversidad: Invitan a decidir qué especies marinas serán secuenciadas genéticamente

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Tiempo de lectura: 3 minutos El Proyecto 1000 Genomas busca secuenciar el ADN de la vida submarina desde el Pacífico hasta la Antártica, con el objetivo de avanzar en la conservación y el manejo sostenible de sus recursos.

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En las profundidades del Pacífico suroriental, y extendiéndose hasta el océano Austral, se esconde una riqueza biológica única. Desde el erizo rojo y el piure, hasta especies apenas documentadas como esponjas excavadoras, poliquetos endémicos e isópodos gigantes, estos organismos conforman intrincadas redes ecológicas esenciales para la vida marina. Sin embargo, su información genética, clave para comprender su existencia y adaptación, ha permanecido en gran parte inexplorada.

El Proyecto 1000 Genomas, liderado por el Centro de Regulación del Genoma (CRG) en alianza con la Pontificia Universidad Católica de Chile y múltiples centros de investigación nacionales, busca cambiar este panorama. Su objetivo es generar genomas de alta calidad de la biodiversidad chilena, poniendo un énfasis particular en la fase inicial en invertebrados marinos con relevancia ecológica, económica y territorial, muchos de los cuales son «invisibles» para la ciencia genómica global.

La iniciativa ha adoptado un enfoque participativo, abriendo la votación a la comunidad para seleccionar las especies a secuenciar. Esta descentralización no solo garantiza un mosaico representativo de la biodiversidad de norte a sur, sino que también fomenta la colaboración entre universidades, institutos y comunidades locales, enriqueciendo la ciencia con conocimiento ancestral y regional.

Descifrando el libro de la vida marina chilena

Actualmente, el Proyecto 1000 Genomas invita a la ciudadanía a participar en la tercera fase de votación, dedicada específicamente a los invertebrados marinos. La elección ciudadana busca determinar qué especies serán las próximas en revelar sus secretos genéticos, contribuyendo a una comprensión más profunda de la biodiversidad y la capacidad de adaptación de los ecosistemas chilenos frente a los desafíos globales. Puedes emitir tu voto en el sitio web de 1000 Genomas disponible en este enlace.

La lista de especies candidatas incluye desde el icónico picoroco y la macha, hasta el tunicado piure, el gasterópodo pulmonado (Siphonaria lessonii) y el isópodo gigante antártico (Glyptonotus antarcticus). También figuran habitantes del extremo sur, como la estrella de mar (Odontaster validus) y la almeja antártica gigante (Laternula elliptica), especies que prosperan en las frías aguas del océano Austral. Lo más sorprendente es que la mayoría de estas especies carecen hoy de un genoma de referencia completo, un vacío que este proyecto busca llenar.

Una «apuesta estratégica» por la soberanía científica

Juliana Vianna, investigadora líder del proyecto y académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, subraya la trascendencia de esta etapa: «Cada genoma que logramos descifrar es como abrir un nuevo capítulo del libro de la vida en Chile. Es fundamental tener soberanía sobre esta información genómica de nuestra biodiversidad, ya que históricamente estos genomas se han secuenciado fuera del país».

La escasez histórica de especies sudamericanas en las bases de datos genómicas globales ha limitado la investigación científica y la capacidad de tomar decisiones informadas en áreas críticas como la conservación, el manejo pesquero y la adaptación al cambio climático. El Proyecto 1000 Genomas representa, por lo tanto, una apuesta por la soberanía científica, buscando conocer a fondo la biodiversidad chilena para poner ese conocimiento al servicio de las comunidades, las políticas públicas y el futuro del país.

Conservación frente al cambio global

Los genomas, escritos en un lenguaje de cuatro letras (A, C, T y G), revelan patrones antiguos y conexiones entre las especies y sus entornos. Estas secuencias no solo contienen información biológica, sino también historias no contadas sobre hábitats complejos y una biodiversidad que forma parte del patrimonio nacional.

Desde Punta Arenas, Alejandro Font, investigador del Instituto Antártico Chileno (INACH), enfatiza la importancia de incluir especies antárticas en el proyecto. «Sus genomas contienen pistas valiosas sobre cómo la vida ha logrado sobrevivir al frío, la oscuridad y los cambios estacionales, en un contexto de cambio climático que amenaza con alterar estos ecosistemas únicos», concluye Font.


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