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Estudiantes dibujan a Snoopy y Ballerina Capuchina con proteínas de medusa fluorescentes

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Tiempo de lectura: 2 minutos Futuros ingenieros de la Universidad Católica vivieron la experiencia de transformar bacterias con proteínas de medusa para crear obras de arte luminosas, fusionando ciencia con creatividad.

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Un cruce entre la biología molecular y la expresión artística cobraron vida en los laboratorios de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC). Estudiantes del Major de Ingeniería Biológica y Biotecnología UC utilizaron la proteína verde fluorescente (GFP), originalmente extraída de la medusa Aequorea victoria, para «dibujar» icónicos personajes como Snoopy, la Ballerina Capuchina y un Stormtrooper de Star Wars.

La proteína verde fluorescente (GFP) es una herramienta invaluable en la investigación biomédica, bioprocesos y diagnóstico clínico. En esta iniciativa, los alumnos de Ingeniería UC aprendieron a transformar la bacteria Escherichia coli con un plásmido que permite la expresión de GFP, haciendo que las colonias bacterianas brillen con un intenso color verde bajo ciertas luces.

«Usamos la proteína verde fluorescente como una forma visible de enseñar la transformación bacteriana y el trabajo en biotecnología. Pero también abrimos espacio para que los estudiantes desarrollen arte con estas bacterias, como si fueran pintura», explica el profesor Daniel Garrido, director de Ingeniería Química y Bioprocesos UC y líder del curso.

Cada año, los estudiantes participan activamente en la elección de los diseños a plasmar, y en esta edición, la competencia fue reñida, con Snoopy y el Stormtrooper disputando el favoritismo. Esta dinámica busca que los alumnos apliquen la teoría en un contexto lúdico y memorable.

Inspiración internacional

La experiencia de bioarte se inspira en competencias internacionales de biología sintética, donde diversas proteínas fluorescentes se utilizan para generar patrones multicolores. Trinidad Peters, una de las estudiantes participantes, destacó la motivación que generó este aprendizaje: «Fue una experiencia muy motivadora aprender lo que está pasando dentro del laboratorio y tener el espacio para jugar, crear y pasarlo bien a través de la ciencia».

Para el estudiante Diego Ara, la actividad reveló el potencial artístico inherente a la biotecnología, impulsándolo a investigar obras similares a nivel mundial. El profesor Garrido subraya que, aunque la actividad se enfoca en el bioarte, los principios subyacentes son idénticos a los utilizados en aplicaciones reales de la biotecnología, como la degradación de plásticos, la producción de insulina, anticuerpos o diagnósticos biomédicos.


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