En vivo 🟠 SEÑAL ONLINE

Repoblamiento con cholgas frena invasión de anémonas y recupera erizos y locos en Canal de Chacao

  -

Tiempo de lectura: 2 minutos La alianza entre investigadores de la Universidad Austral de Chile (UACh) y pescadores artesanales de la Región de Los Lagos busca restaurar la biodiversidad marina utilizando las cholgas como «bioingeniera» de los ecosistemas bentónicos.

Comparte:

La invasión de la anémona Metridium senile, una especie originaria del hemisferio norte, afecta la disponibilidad de recursos marinos históricos de las aguas frías del Canal de Chacao, en la Región de Los Lagos. Su presencia está desplazando progresivamente a especies comerciales como el erizo (Loxechinus albus) y el loco (Concholepas concholepas).

Para contrarrestar este desequilibrio ecológico, investigadores de la Sede Puerto Montt de la Universidad Austral de Chile (UACh), liderados por el Dr. Carlos Molinet, unieron fuerzas con pescadores artesanales locales y desarrollaron un programa de repoblamiento con cholgas (Aulacomya atra), una estrategia que ya muestra resultados prometedores en la recuperación de los fondos marinos degradados.

La «bioingeniera» del ecosistema

La elección de la cholga no es casualidad. Esta especie nativa de la Patagonia, vital para el consumo nacional desde el siglo XVIII, posee características únicas que la convierten en una herramienta de restauración ecológica. Según explica el Dr. Molinet, director de la Escuela de Ingeniería Ambiental UACh, la cholga actúa como una especie bioingeniera.

«Es capaz de fijarse al sustrato, formar agregaciones y crear estructuras complejas. Este proceso genera un hábitat que facilita la recuperación de la biodiversidad afectada». Al repoblar con cholgas, se genera una competencia directa por el espacio con la anémona invasora, disminuyendo su cobertura y permitiendo que regresen especies de valor comercial que habitan en el fondo de los ecosistemas acuáticos (especies bentónicas).

Ciencia y saberes locales

Esta iniciativa, financiada inicialmente por el Fondo de Investigación Pesquera y Acuicultura (FIPA) y continuada bajo el alero del proyecto InES I+D de la ANID, integra además el conocimiento científico con la experiencia de los hombres de mar.

El equipo de investigación, junto a buzos y dirigentes como Raúl Serón y Raúl González Villegas, elaboró una guía participativa de repoblamiento. Este documento técnico entrega directrices claras para las organizaciones de pescadores que administran Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB).

Entre las recomendaciones técnicas, la guía sugiere una densidad de siembra de 40 a 50 kilogamos por metro cuadrado para maximizar la cobertura del fondo. Un repoblamiento base de entre 8 mil y 10 mil kilogramos de juveniles de buen tamaño y un monitoreo constante de la interacción con depredadores naturales.

Desafíos ecológicos y proyección a futuro

El informe técnico señala que la recuperación de los ecosistemas no es inmediata. Se observó que depredadores naturales como el loco y las estrellas de mar reducen el tamaño de los módulos de repoblamiento, lo que sugiere que las intervenciones deben ser intensivas y a una escala espacial adecuada para asegurar la supervivencia de los bancos de cholgas.

«Solo un trabajo de largo plazo permitirá evaluar el potencial real de este enfoque, ya que los beneficios ecológicos y económicos no son inmediatos«, advierten los investigadores del Programa de Investigación Pesquera.

Actualmente, el equipo busca asegurar la continuidad del proyecto a través del recientemente aprobado Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (INCAR 2.0), con miras a extender el trabajo en Lenqui durante los próximos cinco años


Te puede interesar