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Al compás de los Backstreet Boys: Monos demuestran que también tienen sentido del ritmo

Al compás de los Backstreet Boys: Monos demuestran que también tienen sentido del ritmo

Cooperativa Ciencia,

Tiempo de lectura: 2 minutos Una investigación reveló que los primates sincronizaron sus movimientos con la música, sugiriendo que el sentido del ritmo no es exclusivo de especies con capacidades vocales complejas.

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La capacidad de mover el pie o la cabeza al compás de una canción es uno de los rasgos más distintivos de la cultura humana. Hasta ahora, la ciencia asumía que esta habilidad para sincronizar el movimiento con un ritmo musical constante dependía de circuitos cerebrales exclusivos de especies con «aprendizaje vocal» complejo, como los humanos y algunas aves cantoras.

Sin embargo, un estudio experimental reveló que dos monos lograron marcar la velocidad de piezas musicales complejas, abriendo un nuevo debate sobre los orígenes evolutivos y neurobiológicos del ritmo.

La investigación, publicada recientemente en la revista Science y liderada por Vani Rajendran de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sugiere que la biología necesaria para percibir y seguir el ritmo podría estar más presente en el reino animal de lo que se pensaba anteriormente.

De Barry White al pop

La premisa del estudio buscaba desafiar la «hipótesis del aprendizaje vocal». Esta teoría sostiene que la sincronización rítmica depende de una conexión evolutiva especial entre la audición y el sistema motor, desarrollada para permitir el habla o el canto complejo. Como los primates no son aprendices vocales, en teoría, no deberían tener ritmo.

Para probar lo contrario, el equipo de la UNAM sometió a dos monos a una serie de experimentos. A diferencia de estudios previos donde se usaban metrónomos simples, aquí se utilizó música real con toda su complejidad acústica. Las listas de reproducción incluyeron fragmentos de canciones de los Backstreet Boys y de Barry White.

Los resultados mostraron que los primates, que habían sido entrenados previamente para moverse con un metrónomo, lograron transferir esa habilidad a las canciones. Entre las conclusiones, los científicos notaron que los monos predecían el siguiente golpe, ajustaban sus movimientos si se modificaba la velocidad y mantuvieron este comportamiento incluso con canciones nuevas.

«Nuestros datos revelan que el macaco es capaz de percibir el ritmo y sincronizarse con la música. Esto refleja una mayor generalización y flexibilidad en la percepción del ritmo», señalaron los autores en el artículo.

¿Instinto natural o comportamiento condicionado?

A pesar del entusiasmo que genera el hallazgo, la comunidad científica ha subrayado la diferencia entre una capacidad espontánea y una entrenada. En un análisis paralelo, los investigadores Asif Ghazanfar y Gavin Steingo, de la Universidad de Princeton, advirtieron sobre la interpretación de los datos.

Mientras que los humanos siguen el ritmo por una recompensa estética o social, los primates del estudio lo hicieron tras un condicionamiento basado en recompensas como comida o premios. «Un comportamiento que ha sido condicionado puede no ser equivalente a un comportamiento que surge espontáneamente», recalcaron los expertos estadounidenses.

Por su parte, Miquel Llorente, del departamento de Psicología de la Universidad de Girona, agregó una capa ética y metodológica al debate. En declaraciones recogidas por el Science Media Centre, Llorente recordó que el estudio se basa en una muestra extremadamente reducida —solo dos individuos— y en un entorno altamente artificial.


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