¿Fue el Desierto de Atacama un lugar verde? Expedición busca reconstruir su historia climática
Tiempo de lectura: 2 minutos Un equipo multidisciplinario navegó por el Pacífico para recolectar evidencia sobre los episodios de «gran vegetación» que transformaron el desierto más árido del mundo en el pasado.
¿Es posible imaginar el Desierto de Atacama cubierto de verde y con lluvias abundantes? Esta es la interrogante que movilizó a la expedición científica internacional SO315 «CARNIVAL», realizada a bordo del moderno buque de investigación alemán RV Sonne.
La misión tiene como objetivo reconstruir la historia climática de la zona norte de Chile, analizando la conexión milenaria entre el Océano Pacífico y el continente.
El proyecto busca comprender los mecanismos que permitieron episodios de florecimiento vegetal y descargas fluviales masivas en épocas pretéritas. «Cuesta imaginar que este desierto pudo haber sido verde o lluvioso, pero la evidencia está ahí. Hay registros milenarios que muestran bosques y, por ende, se infieren descargas de ríos importantes en sectores donde hoy no cae casi nada de lluvia», explicó el académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) e integrante de la expedición, Sergio Contreras.
Tecnología de punta en la desembocadura del Loa
La expedición fue un esfuerzo colaborativo organizado por la Universidad de Boulder (EE.UU.), el Instituto Max Planck y la Universidad de Colonia (Alemania), reuniendo a 27 investigadores de diversas disciplinas. El trabajo de campo se concentró en puntos estratégicos donde el desierto se encuentra con el mar, como la Desembocadura del río Loa, Caleta Vítor y la Quebrada Camarones.
El equipo científico no solo observó el paisaje, sino que utilizó tecnología no disponible comúnmente en Chile para analizar la columna de agua. El Dr. Contreras destacó el uso de cinco bombas de agua in situ proporcionadas por el Instituto Max Planck.
«Para mí, filtrar solo 360 litros me puede tomar casi 24 horas. Estas bombas procesan 3.000 litros en cinco o siete horas, de manera autónoma e independiente a profundidades seleccionadas. Es tecnología a la que en Chile simplemente no tenemos acceso», enfatizó el académico.
Este equipamiento permitió recolectar material particulado masivo, sedimentos y muestras para análisis genético y metagenómico. El objetivo específico del equipo de la UCSC es buscar biomarcadores de vegetación en el océano: señales químicas de plantas terrestres que fueron arrastradas por antiguas quebradas hacia el mar, quedando atrapadas en los sedimentos marinos como «ventanas al pasado».
La travesía científica, que se extendió por cerca de un mes y medio navegando desde Antofagasta hasta Arica, concluyó tras cruzar el Canal de Panamá.