Sr. Pelusas, Bonnie y Sr. Plumitas: Estudiantes crean peluches de conexión emocional utilizando voces maternas
Tiempo de lectura: 3 minutos Máximo Silva y Josefa González, estudiantes de 11 años de San Rafael, desarrollaron el proyecto que une tecnología, psicología y diseño textil. «Mishi Amigo» utiliza grabaciones de voz para apoyar a niños con TEA, cáncer o depresión.
En los pasillos del Colegio Santa Madre de Dios, ubicado en la comuna rural de San Rafael, Región del Maule, lo que comenzó como una inquietud de recreo se transformó en una solución de apoyo emocional infantil. Josefa González y Máximo Silva, de tan solo 11 años, junto a su profesora guía Sofía Flores y la directora Pamela González, son los creadores de «Mishi Amigo» (@michi_amigospeluches), una herramienta terapéutica basada en la evidencia científica.
El proyecto nace de la empatía y la observación. Los estudiantes, basándose en sus propias vivencias y en los valores familiares inculcados por su comunidad educativa, identificaron la necesidad de crear un objeto que ofreciera consuelo real en momentos de crisis.
La voz materna como herramienta de regulación
Diversos estudios en neurociencia afectiva han demostrado que la voz de la madre (o de la figura de apego principal) tiene la capacidad de reducir los niveles de cortisol (hormona del estrés) y aumentar la oxitocina, facilitando la regulación emocional en niños.
Aplicando este principio, cada peluche incorpora un dispositivo grabador de voz. Esta tecnología permite almacenar mensajes de calma o la voz materna, transformando al muñeco en un canal de contención auditiva que funciona como un «abrazo invisible» cuando el cuidador no está físicamente presente.
El diseño de los peluches también responde a necesidades sensoriales específicas. Fabricados con materiales hipoalergénicos, mordibles y lavables, los muñecos utilizan un solo bloque de color para evitar la sobreestimulación visual.
Compañeros para necesidades emocionales
El equipo de estudiantes desarrolló tres prototipos distintos, cada uno con una simbología y funcionalidad adaptada a diferentes diagnósticos o situaciones de vulnerabilidad:
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Sr. Pelusas (El gato de la calma): Identificado con el símbolo de una estrella, este personaje está diseñado específicamente para niños dentro del Espectro Autista (TEA). Su objetivo es ayudar en el manejo de la frustración y la ansiedad. Incluye un juego de mesa diseñado para enseñar técnicas de autocalma de manera interactiva.
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Bonnie (La conejita del consuelo): Con el símbolo de un corazón, Bonnie está orientada al acompañamiento de pacientes oncológicos. Entendiendo el frío y la incomodidad de los tratamientos médicos, incluye una manta para dar abrigo y una «capa de superhéroe» que se otorga al niño como símbolo de logro al avanzar en sus etapas de tratamiento.
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Sr. Plumitas (El pollito de la compañía): Simbolizado por una pluma, aborda la soledad y la depresión infantil. Su diseño incorpora un «bolsillo secreto» para depositar mensajes o preocupaciones difíciles de verbalizar, además de un diario de vida para fomentar la escritura expresiva como método de desahogo emocional.
Una solución democrática y «Open Source»
Lejos de buscar la exclusividad comercial, «Mishi Amigo» apuesta por la accesibilidad universal. Los creadores han diseñado manuales detallados que permiten replicar cada personaje en casa.
Esta decisión tiene un doble impacto positivo. Primero, elimina la barrera económica, permitiendo que cualquier familia, sin importar sus recursos, pueda confeccionar su propio Mishi Amigo. Segundo, resuelve la angustia asociada a la pérdida del objeto de apego: si el peluche se pierde, puede volver a fabricarse, evitando el trauma de la separación definitiva del objeto transicional.
