Tras más de mil propuestas: MIM estrena calendario lunar con nuevos nombres para el hemisferio sur

Es común escuchar hablar de la «Luna de las Flores» en mayo o la «Luna de Nieve» en febrero. Sin embargo, estos nombres responden a fenómenos climáticos y culturales de América del Norte. Ahora, gracias a la iniciativa del Museo Interactivo Mirador (MIM) y el Museo Interactivo de la Astronomía, las lunas llenas fueron rebautizadas haciendo un guiño a la cultura local.

Con más de mil propuestas de la ciudadanía, un comité de expertos seleccionó los 12 nombres que conformarán este calendario lunar, buscando que todo el país conecte el cielo con los ciclos naturales del territorio.

Una desconexión histórica con el cielo austral

La necesidad de este cambio radica en el origen de los nombres actuales. Según explica el MIM, la nomenclatura popular, vigente desde 1930, proviene de los pueblos originarios de Estados Unidos y Canadá. Al importarse estos términos sin adaptación, se perdió la conexión con el entorno local.

«El objetivo es otorgarles un relato que haga más sentido con nuestra identidad (…) para permear en la ciudadanía y establecimientos educacionales», explicaron desde la institución.

Las propuestas ganadoras no fueron elegidas al azar. Cada nombre seleccionado cuenta con una justificación fenológica o cultural, marcando hitos como la maduración de frutos nativos, migraciones de aves o festividades populares.

Conoce los 12 nuevos nombres

El nuevo calendario lunar propone un recorrido por la geografía chilena, desde la costa hasta la cordillera:

• Enero – Luna del Maqui: Bautizada así porque en pleno verano maduran los frutos de este árbol nativo, abundando sus bayas oscuras en los bosques del centro-sur.

• Febrero – Luna de los Carnavales: Coincide con el fin del verano, época de fiestas costumbristas y carnavales en gran parte de Sudamérica.

• Marzo – Luna de la Vendimia: Marca el inicio de la cosecha de uvas y las fiestas tradicionales en los valles vitivinícolas de la zona central.

• Abril – Luna del Ñirre: Rinde homenaje al otoño austral, cuando el ñirre y otros árboles caducifolios tiñen de rojo los paisajes del sur.

• Mayo – Luna del Changle: Tras las primeras lluvias otoñales, brota este hongo comestible muy apreciado en la gastronomía sureña.

• Junio – Luna de los Picaflores: En esta época, diversas especies de picaflores migran hacia la zona central buscando temperaturas más benignas y flores invernales.

• Julio – Luna de la Cordillera: En lo profundo del invierno, la luna se refleja sobre las cumbres nevadas de los Andes, la columna vertebral de Chile.

• Agosto – Luna de los Felinos: Mes que coincide con el periodo reproductivo y mayor desplazamiento de pumas, haciéndose más notoria su presencia.

• Septiembre – Luna del Volantín: Los vientos primaverales y las Fiestas Patrias hacen de este nombre un símbolo ineludible de la cultura chilena.

• Octubre – Luna de la Langosta: Destaca la identidad insular, marcando la temporada de pesca de la langosta en el archipiélago de Juan Fernández.

• Noviembre – Luna del Quillay: Anuncia la proximidad del verano con la floración blanca de los quillayes en los cerros de la zona central.

• Diciembre – Luna de las Golondrinas: Cierra el año coincidiendo con el viaje de las golondrinas de mar hacia la alta cordillera para reproducirse.

Créditos: MIM.