Desarrollan tomates con alto contenido de ácido lipoico, un potente antioxidante
Tiempo de lectura: 2 minutos El hallazgo abre nuevas puertas para la creación de alimentos funcionales que ayuden a combatir el envejecimiento celular y enfermedades como la diabetes.
Un equipo de investigadores del Centro de Biología Molecular Vegetal de la Universidad de Chile logró aumentar los niveles de ácido lipoico en tomates. Este compuesto, considerado un antioxidante universal por su capacidad de actuar tanto en medios acuosos como grasos, fue potenciado en el fruto mediante técnicas de ingeniería genética sin comprometer el desarrollo ni la salud de la planta.
El estudio, liderado por la Dra. María Paz Covarrubias y el académico Dr. Michael Handford, fue publicado en la revista científica Frontiers in Plant Science. La investigación utilizó como modelo experimental la variedad de tomate Micro-Tom y demostró que es posible intervenir rutas metabólicas específicas para mejorar el valor nutricional de los alimentos.
Innovación biotecnológica sin afectar el cultivo
El ácido lipoico no solo neutraliza radicales libres —protegiendo a las células del daño oxidativo—, sino que también actúa como un cofactor esencial para enzimas encargadas de la producción de energía celular. Sin embargo, manipular su producción en plantas suele traer efectos secundarios negativos en el crecimiento vegetal.
Para superar este obstáculo, el equipo de la Universidad de Chile diseñó una estrategia: activaron la sobreexpresión de la enzima lipoil sintasa (LIP1) exclusivamente durante la maduración del fruto. Esto permitió que el incremento del antioxidante se focalizara en el tomate comestible, evitando alteraciones en hojas, tallos o raíces.
«Es uno de los antioxidantes más poderosos que existen y, a diferencia de otros compuestos, participa directamente en procesos metabólicos esenciales«, explica el Dr. Michael Handford. Los resultados mostraron un aumento tanto del ácido lipoico libre (función antioxidante directa) como del unido a proteínas (producción de energía), validando la eficacia del método.
Beneficios para la salud futura
Aunque los tomates modificados en este estudio son una «prueba de concepto» y no están destinados a la venta inmediata, la investigación sienta las bases para una nueva generación de alimentos funcionales. La meta es que los beneficios que hoy se buscan en farmacias puedan encontrarse en la feria o el supermercado.
«El ácido lipoico ya se comercializa como suplemento alimenticio; puedes comprarlo en la farmacia y te va a ayudar como cualquier otro antioxidante. La idea a futuro es que este tipo de beneficios pueda incorporarse directamente en alimentos de consumo cotidiano, sin necesidad de recurrir a suplementos», señala la Dra. María Paz Covarrubias.
El consumo regular de este antioxidante se asocia a la disminución de factores de riesgo para enfermedades crónicas como la diabetes y a la ralentización del envejecimiento celular.
Hacia la edición génica
Un punto clave que destacan los investigadores es la proyección tecnológica del estudio. Si bien se utilizaron técnicas de modificación genética (transgénicos) para esta fase experimental, el conocimiento adquirido permite mirar hacia herramientas más modernas y aceptadas, como la edición génica.
Esta tecnología ofrece una precisión molecular que permite «editar» los genes propios de la planta sin introducir ADN foráneo, lo cual cuenta con una mayor aceptación regulatoria y social a nivel global.
Al respecto, Covarrubias es enfática sobre la seguridad y la ética científica: «Existen muchos mitos en torno a los transgénicos, pero la evidencia científica acumulada demuestra que su consumo no genera efectos adversos en la salud humana». No obstante, concluye que lo fundamental para el avance de la ciencia en Chile es «el uso ético y responsable de estas tecnologías, junto con una comunicación clara de sus alcances y limitaciones».