26 de diciembre de 1898: El día que Marie y Pierre Curie informaron el descubrimiento del radio
Tiempo de lectura: 3 minutos El 26 de diciembre de 1898, Marie y Pierre Curie anunciaron ante la Academia de Ciencias de París el hallazgo del radio, un elemento que no solo redefinió la estructura del átomo, sino que dio origen al concepto de radiactividad.
A finales del siglo XIX, el mundo científico estaba conmocionado por el descubrimiento de los rayos X del físico alemán Wilhelm Roentgen. Sin embargo, en un modesto laboratorio de París, una joven científica polaca llamada Marie Curie, junto a su esposo Pierre, decidió investigar un fenómeno menos vistoso pero mucho más profundo: los «rayos uránicos» observados por el físico francés Henri Becquerel.
Lo que comenzó como una tesis doctoral se convirtió en uno de los descubrimientos científicos más importantes de la historia. Tras un arduo trabajo experimental con toneladas de pechblenda —un mineral rico en uranio—, los Curie identificaron una actividad emisora que no podía explicarse solo por el uranio presente.
Así, en julio de 1898 anunciaron el polonio y, finalmente, el 26 de diciembre de ese mismo año, el radio, un elemento con una potencia emisora miles de veces superior a cualquier material conocido.
El arduo camino hacia el radio
Los Curie trabajaron en condiciones precarias, manipulando hasta 10 toneladas de pechblenda provenientes de las minas de Joachimsthal, en Bohemia (actual República Checa). Utilizando un electroscopio equipado con un piezoeléctrico —instrumento inventado por Pierre y su hermano Jacques—, Marie pudo medir con precisión la ionización del aire producida por las muestras.
Su observación concluyó que la radiactividad no dependía de la forma física o química del compuesto, sino únicamente de la cantidad de átomos presentes. Así, Marie comprendió que la emisión de rayos por los compuestos de uranio es una propiedad atómica del elemento.
Tras cuatro años de refinamiento constante, lograron obtener apenas tres décimas de gramo de cloruro de radio puro. Este logro les permitió determinar su masa atómica y consolidar el término «radiactividad«, una palabra acuñada por la propia Marie para describir este fenómeno de desintegración atómica.
El nacimiento de la radioterapia moderna
El impacto del radio trascendió rápidamente las paredes del laboratorio. Aunque inicialmente sus propiedades no se comprendían del todo, los médicos pronto notaron que la radiación tenía la capacidad de destruir tejidos biológicos.
Lo que inicialmente se vio como un riesgo se transformó en una oportunidad terapéutica. A principios del siglo XX, clínicas de Europa y América comenzaron a utilizar fuentes de radio para tratar tumores malignos, especialmente en la piel y el sistema ginecológico. Este fue el nacimiento de la radioterapia moderna.
Marie Curie, consciente del potencial humanitario de su hallazgo, promovió activamente el uso médico de la radiación, una tecnología que hoy sigue siendo un pilar en la lucha contra el cáncer.

El legado de Marie Curie
La figura de Marie Curie es inseparable de la historia de los Premios Nobel. Fue la primera mujer en ganar este galardón (Física, 1903) y la única persona en la historia en recibirlo en dos categorías científicas distintas, obteniendo el de Química en 1911 por el aislamiento del radio y el polonio.
Desde sus inicios en la «universidad flotante» clandestina en una Polonia ocupada por los zares, hasta ser la única mujer en las prestigiosas conferencias Solvay junto a mentes como Albert Einstein y Max Planck, Marie rompió barreras de género en una academia profundamente masculinizada.
Lamentablemente, su entrega a la ciencia tuvo un costo personal. La exposición prolongada a la radiación, cuyas consecuencias eran desconocidas en su época, le provocó una anemia aplásica que terminó con su vida en 1934. Hoy, sus restos descansan con honores en el Panteón de París.