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Astrónomos identificaron una batalla entre galaxias usando telescopios en Chile

Astrónomos identificaron una batalla entre galaxias usando telescopios en Chile

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Tiempo de lectura: 2 minutos Este hallazgo, publicado en la prestigiosa revista Nature, arroja nueva luz sobre la evolución galáctica en el universo temprano.

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En las profundidades del cosmos, a miles de millones de años luz de distancia, se libra una batalla épica. Dos galaxias se encuentran en un curso de colisión, embistiéndose repetidamente a velocidades de 500 kilómetros por segundo. Este fenómeno, que los científicos han denominado la «justa cósmica«, ofrece una ventana única a los procesos que modelaron el universo en sus primeras etapas.

El término fue acuñado por Pasquier Noterdaeme, coautor del estudio e investigador del Instituto de Astrofísica de París y del Laboratorio Chileno-Francés de Astronomía en Chile. «Comparamos este sistema con el combate medieval«, explica Noterdaeme. Sin embargo, en esta contienda galáctica, una de las contendientes posee una ventaja abrumadora: un cuásar.

Los cuásares son núcleos galácticos extremadamente luminosos, alimentados por agujeros negros supermasivos que devoran materia y liberan enormes cantidades de radiación. En esta colisión, la galaxia equipada con el cuásar utiliza esta energía como una «lanza de radiación» para perforar a su oponente.

La luz de este evento ha tardado más de 11.000 millones de años en llegar a la Tierra, lo que significa que estamos observando estas galaxias tal como eran cuando el universo tenía solo el 18% de su edad actual, una época en la que tanto las fusiones de galaxias como los cuásares eran mucho más comunes.

Usaron telescopios chilenos para observar la «justa cósmica»

El estudio publicado en la revista Nature, que combinó observaciones del Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO) y del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), ambos situados en el desierto de Atacama, reveló las consecuencias directas de esta radiación.

«Aquí vemos por primera vez el efecto directo de la radiación de un cuásar sobre la estructura interna del gas en una galaxia que, por lo demás, es una galaxia normal», detalla Sergei Balashev, codirector del estudio e investigador del Instituto Ioffe en San Petersburgo, Rusia.

Las observaciones indican que la radiación del cuásar desintegra las grandes nubes de gas y polvo dentro de la galaxia impactada, dejando únicamente regiones densas de menor tamaño. Estas regiones más pequeñas son, probablemente, insuficientes para colapsar y formar nuevas estrellas.

Como resultado, la capacidad de la galaxia «herida» para generar nuevas generaciones estelares se ve drásticamente reducida, alterando su evolución. Curiosamente, esta interacción también alimenta al agresor: «Se cree que estas fusiones aportan enormes cantidades de gas a los agujeros negros supermasivos que residen en los centros de las galaxias», añade Balashev. Así, la colisión proporciona nuevo combustible al agujero negro del cuásar, permitiéndole continuar su destructivo ataque.

La alta resolución de ALMA fue fundamental para distinguir las dos galaxias, que debido a su proximidad parecían un solo objeto en observaciones anteriores. Por su parte, el instrumento X-shooter del VLT permitió analizar la luz del cuásar a medida que atravesaba la galaxia compañera, estudiando así los efectos de la radiación.

Noterdaeme concluye que futuros observatorios, como el Extremely Large Telescope (ELT) de ESO, también en construcción en Chile, «sin duda nos permitirán avanzar en un estudio más profundo de este y otros sistemas, para comprender mejor la evolución de los cuásares y su efecto en las galaxias anfitrionas y cercanas».


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