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«Dulce retina»: Estudiante obtuvo el tercer lugar en concurso de fotografía científica

«Dulce retina»: Estudiante obtuvo el tercer lugar en concurso de fotografía científica

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Tiempo de lectura: 2 minutos La imagen corresponde al corte transversal de la retina de un ratón, donde el estudiante aplicó técnicas de inmunofluorescencia e identificó la presencia de una proteína clave para el metabolismo de la retina.

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Matías Carrillo, tecnólogo médico y estudiante del Magíster en Ciencias Biomédicas de la Universidad Católica Santísima Concepción (UCSC), deslumbró con «Dulce retina: el coreógrafo bioquímico invisible«, la fotografía que muestra una imagen de la retina de un ratón.

Con esta imagen, el investigador se coronó con el tercer lugar en el concurso de fotografía científica de la V jornada de Actualización e Innovación de la Asociación de Tecnólogos Médicos en Oftalmología y Optometría de Chile (ATEMOOCH) que se realizó en Santiago.

La foto corresponde a la retina de un ratón con la presencia de GLUT1, una proteína clave en el transporte de glucosa y que además es fundamental para el correcto funcionamiento de las células del ojo.

«A través de colores fluorescentes, quise representar esa especie de ‘danza invisible’ que ocurre dentro del ojo, una danza que muchas veces damos por sentada. Más allá de lo técnico, la imagen busca mostrar cómo la ciencia también puede ser arte, y cómo, desde la tecnología médica, podemos contribuir a entender y prevenir enfermedades visuales como la retinopatía diabética», detalló el estudiante.

Matías Carrillo. Créditos: UCSC.

Para llegar a este resultado, Carrillo relató que su origen se dio a partir del primer corte de tejido que él mismo realizó en un criostato, un equipo que corta muestras extremadamente delgadas a temperaturas bajo cero.

«Aunque ya había trabajado con otras técnicas, era la primera vez que completaba todo el proceso, desde preparar la retina hasta capturar la imagen. Esto ocurrió en los laboratorios de la UCSC, donde estoy realizando mi tesis de magíster. Cada paso fue un aprendizaje, y ver finalmente la imagen en el microscopio fue emocionante, ya que estaba observando el resultado de mi trabajo y, al mismo tiempo, un reflejo de lo que somos capaces de lograr desde nuestra disciplina», valoró el estudiante.

El desafío de capturar la imagen

Para tomar la fotografía, Carrillo utilizó un microscopio de fluorescencia y técnicas de inmunofluorescencia, que permiten «iluminar» proteínas específicas dentro de los tejidos. De esta manera, marcó GLUT1, la proteína fundamental en el metabolismo de la retina. Para preparar la muestra, el criostato cortó el tejido a temperaturas muy bajas para luego posicionar el ojo.

«Cuando vi la imagen por primera vez en el microscopio, fue un momento de emoción y orgullo, porque era la primera vez que lograba completar todo el proceso desde cero. También fue una señal de que, como tecnólogos médicos, podemos ir más allá del diagnóstico clínico y ser parte activa de la investigación científica», finalizó Carrillo.


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