Estudio advierte sobre escasez de minerales críticos para la transición energética

Tiempo de lectura: 3 minutos Una investigación coliderada por un geólogo chileno revela una cruda realidad: la producción actual y proyectada de metales como el cobre, el litio y el níquel es dramáticamente insuficiente para cumplir las metas de descarbonización.
Un nuevo y revelador estudio publicado en la prestigiosa revista Annual Review of Earth and Planetary Sciences advierte que la transición energética global enfrenta un obstáculo monumental: la inminente escasez de minerales críticos.
La investigación, liderada por el geólogo Martin Reich de la Universidad de Chile y Adam Simon de la Universidad de Michigan, concluye que la capacidad de producción mundial de metales como el cobre, el litio y el cobalto está peligrosamente desfasada con la demanda necesaria para alcanzar las metas de descarbonización, poniendo en jaque el futuro de las tecnologías limpias.
El trabajo revisa exhaustivamente el conocimiento actual sobre los metales clave para la electrificación y la lucha contra el cambio climático. Partiendo de la base de que un smartphone moderno requiere más de 70 elementos químicos, los autores subrayan una dura realidad: «Los recursos minerales son la columna vertebral de la sociedad moderna (…) Sin embargo, su importancia crucial a menudo se pasa por alto«. Para lograr las metas climáticas, aseguran, «se requerirán producciones sin precedentes de estos minerales».
Un desfase insostenible: La brecha entre demanda y producción
El núcleo del estudio es un análisis detallado de las proyecciones de oferta y demanda, y el panorama que presenta es alarmante. Según los autores, cumplir los objetivos de cero emisiones netas para 2050 exigirá un suministro de minerales que la industria global simplemente no está preparada para entregar. Las cifras son elocuentes:
- Cobre: Se necesitaría una producción anual de 91 millones de toneladas para 2050, una cifra que el estudio califica como «inalcanzable» con las capacidades actuales.
- Níquel: La demanda superará la producción estimada en más de 2 millones de toneladas para 2040.
- Cobalto: Al ser un subproducto de la minería de cobre y níquel, su producción no puede incrementarse sustancialmente para satisfacer una demanda que se duplicará en la próxima década.
- Litio: Aunque presenta mejores perspectivas, su demanda se disparará de 531 mil toneladas en 2030 a 1,3 millones en 2040, impulsada casi en su totalidad por las tecnologías limpias.
- Tierras Raras: Se anticipan riesgos de suministro para elementos como el neodimio, esencial para los imanes de vehículos eléctricos y turbinas eólicas.
A esta brecha se suman otros desafíos críticos, como la escasez de geólogos especializados, los «retrasos significativos» en la apertura de nuevas minas y el tiempo necesario para construir la infraestructura de producción. «Este retraso impide el progreso hacia una transición energética efectiva», sentencian los investigadores.
El manto terrestre: La clave para encontrar nuevos depósitos
El artículo también ofrece un fascinante compendio de los últimos avances en geología. Tradicionalmente, se creía que los grandes depósitos minerales se formaban principalmente por procesos en la corteza terrestre. Sin embargo, la investigación de Reich y Simon destaca un cambio de paradigma: cada vez más evidencia apunta al manto terrestre como la fuente principal de estos valiosos recursos.
Los científicos explican que «la tectónica global es clave para explicar la distribución espacial de los depósitos minerales». Las nuevas investigaciones sugieren que procesos profundos, como columnas de material caliente que ascienden desde el manto o procesos de fusión parcial, son los responsables de concentrar los metales en la corteza. Este nuevo entendimiento es crucial, ya que podría guiar la exploración hacia nuevas fronteras y tipos de yacimientos no considerados hasta ahora.
Ejemplos como los depósitos de cobre y níquel en Rusia, el níquel de Nueva Caledonia o las tierras raras de China, son citados como casos donde las rocas portadoras de mineral tienen una clara firma geoquímica del manto. Este enfoque no solo redefine la comprensión científica, sino que también abre una puerta de esperanza para localizar los recursos que la humanidad necesita urgentemente para asegurar un futuro sostenible.