Estudio revela la historia oculta de los peces en Chile y su vínculo con el cambio climático
Tiempo de lectura: 2 minutos La investigación no solo cataloga la biodiversidad del pasado, sino que también ofrece valiosas pistas sobre cómo los ecosistemas marinos podrían responder al calentamiento global actual.
Un estudio pionero publicado en la revista científica Palaeontologia Electronica ha revelado por primera vez una visión completa de la diversidad de peces óseos fósiles que habitaron las costas de Chile durante el Neógeno (hace 23 a 2,6 millones de años).
Especies tan familiares en la mesa chilena como el jurel, la sardina, la corvina o el lenguado pertenecen al grupo de los peces óseos, organismos cuyo esqueleto está compuesto de hueso. Pese a su abundancia actual, su historia evolutiva en la región había sido poco estudiada. «Los peces óseos son abundantes en Chile, pero faltan datos, no han sido tan estudiados como otros», explica el Dr. Jaime Villafaña, investigador de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) y coautor del estudio.
La investigación se centró en el Neógeno, un período geológico clave donde los continentes adoptaron una configuración similar a la actual, se intensificó la Corriente de Humboldt y se completó el levantamiento de la Cordillera de los Andes. Estos factores crearon un escenario oceanográfico y climático muy parecido al que conocemos hoy.
«Este periodo de tiempo se caracteriza por condiciones similares a las que tenemos en la actualidad. Pese a que estamos hablando de organismos de hace millones de años, muchos poseen representantes que siguen presentes hoy, entonces es una buena comparación. El Neógeno se considera un análogo climático del calentamiento global», destaca el investigador.
Hallazgos principales: Extinción y persistencia en los mares del pasado
El equipo multidisciplinario, que incluye a científicos del Centro de Estudios en Zonas Áridas (CEAZA), el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), y las universidades Austral y Alberto Hurtado, entre otras instituciones, compiló un exhaustivo registro fósil a partir de bibliografía, informes y colecciones de museos. Se analizaron muestras de 22 localidades, desde Antofagasta hasta Coyhaique, identificando 88 taxones de peces óseos.
Sin embargo, los resultados muestran una brecha importante en nuestro conocimiento: este registro fósil representa apenas un 3% de los géneros de peces que viven actualmente en Chile. Uno de los hallazgos más reveladores es que el 40% de los géneros de peces óseos identificados en el Neógeno ya no habitan en aguas chilenas. De este grupo extinto localmente, la gran mayoría (81%) no desapareció por completo, sino que migró a otras regiones del mundo, mientras que un 19% se extinguió a nivel global.
La principal sospecha de los científicos apunta a la reducción de la temperatura y los cambios en el nivel del mar como causantes de estas extinciones locales. «La única especie fósil que coincide con una viva es la sardina española, un pez de gran importancia comercial», detalla Villafaña.
Este análisis del pasado funciona como una advertencia para el futuro. «Esto nos ayuda a comprender cómo los peces enfrentaron los cambios climáticos. Se puede extrapolar al cambio climático futuro, dado que en el pasado ya desaparecieron alrededor del 40%», concluye el Dr. Villafaña, subrayando que estas pérdidas no solo afectan a los peces, sino a todo el ecosistema a través de la cadena trófica.