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Estudiantes de Santa Cruz crean chicle biodegradable que relaja y cuida el planeta

Estudiantes de Santa Cruz crean chicle biodegradable que relaja y cuida el planeta

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Tiempo de lectura: 2 minutos Estudiantes del Colegio Santa Cruz de Unco, en la Región de O’Higgins, desarrollaron «Fructuse», una goma de mascar 100% sustentable, biodegradable y con propiedades relajantes.

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¿Sabías que la goma de mascar tradicional es uno de los dulces más contaminantes del planeta? Fabricada a base de polímeros derivados del petróleo, una sola unidad puede tardar más de cinco años en degradarse, liberando hasta 600 micropartículas plásticas directamente a la boca, calles y, finalmente, a los ecosistemas terrestres y marinos.

Con este preocupante panorama en mente, nació «Fructuse«, un chicle que reemplaza la base plástica convencional con goma xantana, un polisacárido natural que mantiene la elasticidad y textura esperada, pero con la enorme ventaja de ser totalmente biodegradable. «Lo que antes contaminaba, ahora se transforma en una alternativa amigable con el medioambiente y beneficiosa para la salud», señalan las creadoras.

El equipo detrás de Fructuse está integrado por Amparo Larenas Abarca, Matilde Urzúa Alastuey e Isidora Oliva Baesler, estudiantes de segundo medio del Colegio Santa Cruz de Unco, en la Región de O’Higgins, bajo la guía de la profesora Natalia Navarro Cabello.

La idea surgió luego de constatar el impacto ambiental del chicle convencional y la necesidad de una alternativa accesible y sustentable. Tras una exhaustiva investigación sobre materiales biodegradables, las estudiantes encontraron en la goma xantana la solución ideal para reemplazar la base sintética.

Esta goma de mascar, además de ser biodegradable, posee una composición que conserva la experiencia de masticar, con la elasticidad y suavidad de un chicle convencional; está libre de químicos sintéticos, colorantes artificiales y conservantes dañinos. Además, es neuroactivo, ya que incorpora extractos naturales con propiedades ansiolíticas, neuroprotectoras y revitalizantes, como aceites esenciales de lavanda y melisa, que favorecen la relajación y potencian la función cognitiva. La panela, por su parte, aporta un endulzante natural y nutritivo.

Del aula a la feria científica

El desarrollo de Fructuse ha sido un desafío para el equipo de alumnas, especialmente en la prototipación con goma xantana, conocida por su complejidad. Lograr un sabor agradable y único, además de asegurar una textura innovadora, ha sido un proceso de múltiples pruebas y formulaciones experimentales.

El resultado es un chicle que no solo cuida del planeta, sino que también ofrece una experiencia de serenidad, energía y bienestar. «Masticar Fructuse no es solo un hábito: es una experiencia de serenidad, energía y bienestar. Cada pieza es un recordatorio de que el cuidado personal puede ir de la mano con el cuidado del planeta», expresan sus creadoras.

Ahora, el equipo se prepara para un importante paso: participar en la 54º Feria Científica Nacional Juvenil del Museo de Historia Natural, que se realizará entre el 1 al 3 de octubre, donde presentarán su proyecto al público y a la comunidad científica. Paralelamente, buscarán seguir perfeccionando la formulación de Fructuse y aumentar su visibilidad, aspirando a un reconocimiento que impulse cambios positivos para el planeta.


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