Científica iquiqueña lidera innovación con levaduras del desierto para crear vinos

Tiempo de lectura: 2 minutos Lía Ramírez Fernández, microbióloga de la Universidad Arturo Prat, lidera un proyecto que explora el potencial de las levaduras nativas del desierto para elaborar vinos únicos, con baja graduación alcohólica y un auténtico sello territorial.
El desierto de Atacama, el más árido del mundo, no solo es cuna de descubrimientos astronómicos, sino que ahora se posiciona como un laboratorio natural para la vitivinicultura. Un proyecto liderado por la Dra. Lía Ramírez Fernández, microbióloga de la Universidad Arturo Prat (UNAP), busca transformar levaduras nativas del desierto en el ingrediente secreto para crear vinos con baja graduación alcohólica y una identidad territorial inconfundible, abriendo un nuevo capítulo para la producción vitivinícola en Tarapacá.
La investigación, financiada por Fondecyt de Iniciación, profundiza en el concepto de «terroir microbiano» del desierto, explorando cómo las comunidades microbianas de la Pampa del Tamarugal pueden influir en los procesos enológicos. Su interés por esta línea surgió de su participación en el proyecto «Vino del Desierto», donde se dedicó al aislamiento de levaduras en fermentaciones espontáneas, un punto de partida para su actual y ambicioso estudio.
El equipo ya ha logrado avances significativos, identificando y caracterizando levaduras nativas de los géneros Saccharomyces y no-Saccharomyces. Estas cepas destacan por su sorprendente resistencia a condiciones extremas de salinidad y temperatura, características que las convierten en un recurso biotecnológico de alto valor.
Un hallazgo particularmente prometedor es la capacidad de estas levaduras para reducir significativamente el contenido de etanol en los vinos, un atributo muy valorado en el creciente mercado global de bebidas con bajo contenido alcohólico. Los ensayos experimentales con coinoculaciones han demostrado resultados contundentes, abriendo un camino innovador para la industria vitivinícola chilena.
Liderazgo femenino en ciencia
Este proyecto no solo beneficia a los productores locales de Tarapacá, ofreciéndoles herramientas para diferenciar sus productos, sino que también genera oportunidades para alianzas estratégicas con viñas nacionales. La posibilidad de diversificar la oferta con vinos de menor graduación alcohólica, nacidos de un ecosistema tan único como el desierto de Atacama, representa una ventaja competitiva para Chile.
La trayectoria de Lía Ramírez es un ejemplo del aporte de las mujeres a la ciencia en regiones extremas. Su liderazgo en proyectos de alta complejidad no solo impulsa el desarrollo científico regional, sino que también se convierte en una fuente de inspiración para futuras generaciones.
«Me enorgullece ser un referente femenino en la región y mostrar a mis alumnas que sí es posible liderar proyectos de excelencia desde Iquique», afirma la académica, quien equilibra su labor docente e investigadora con la formación de jóvenes científicas. Este trabajo es respaldado por el compromiso de la Universidad Arturo Prat y la Vicerrectoría de Investigación e Innovación, a través de Innova UNAP, por fomentar la ciencia con arraigo territorial y promover la participación de mujeres en este campo.