Decano de la U. de Buenos Aires sobre la ciencia en Argentina: «El deterioro es muy grande»

Tiempo de lectura: 2 minutos El matemático, Guillermo Durán, calificó el panorama científico del país vecino como «un horror», haciendo un llamado a potenciar el financiamiento para investigación y reforzar el debate ético.
El decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Guillermo Durán, en su reciente visita a Chile, reflexionó sobre una preocupante visión sobre el desfinanciamiento y deterioro de la ciencia en Argentina, advirtiendo sobre consecuencias a largo plazo. Al mismo tiempo, el destacado matemático y experto en computación analizó el impacto transversal de la inteligencia artificial (IA) en la investigación y la urgencia de abordar sus dilemas éticos desde una perspectiva interdisciplinaria.
Durante su paso por la Universidad de Chile, en el marco del Seminario Internacional «Libertad, ética e integridad en la Academia y la Investigación», el decano de la UBA no dudó en señalar los profundos retos que enfrenta el sector científico argentino, además de proponer una reflexión sobre el avance imparable de la IA y sus implicaciones.
Un «horror» con consecuencias duraderas
Durán describe el estado de la ciencia en Argentina como «un horror». El académico denuncia un «absoluto desfinanciamiento por parte del gobierno nacional, con presupuestos que han caído terriblemente, con investigadores y docentes que se van, porque directamente no pueden llegar a fin de mes con los salarios que se pagan, con el sistema de ciencia paralizado».
Este panorama afecta no solo a la comunidad científica y universitaria, sino al país en su conjunto, impactando en su desarrollo y proyección. La preocupación de Durán radica en que el daño estructural que se está infligiendo podría tener repercusiones en la capacidad innovadora y productiva de Argentina por mucho tiempo.
Oportunidades de la IA y debate ético
En contraste con el panorama argentino, Durán aborda la inteligencia artificial con una visión de adaptabilidad y responsabilidad. Reconoce que los avances en IA, ciencia de datos y computación son «transversales a todas las disciplinas» y deben ser vistos como herramientas para «mejorar nuestras actividades». Su propio campo de investigación, la teoría de grafos y la optimización, dialoga constantemente con estos avances, permitiendo nuevas aplicaciones y enfoques.
Sin embargo, el decano enfatiza que la rápida evolución de la IA también trae consigo dilemas éticos complejos que demandan un abordaje interdisciplinario. «Ahí tienen que aparecer nuestros especialistas en filosofía, en ética y derecho», señala, aludiendo a la necesidad de un debate profundo sobre cómo los computadores y programas están comenzando a «reemplazar al ser humano».
Su mensaje final a las nuevas generaciones de investigadores es claro: abordar la ciencia y tecnología «con ética, pensando en el prójimo, pensando en la inclusión, pensando en la equidad, y si abordan todos esos principios y esos conceptos, no solo les va a ir bien a ellos, sino que les va a ir bien al entorno que los rodea y, en líneas generales, a nuestros países».
Créditos entrevista: Sophia Cabrera.