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La NASA publica nuevas imágenes del cometa interestelar 3I/ATLAS

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Tiempo de lectura: 2 minutos El objeto, detectado originalmente por telescopios en suelo chileno, ofrece una oportunidad única para comprender la composición química de otros sistemas estelares.

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Naves espaciales, rovers en la superficie de otros planetas y telescopios orbitales de la NASA sincronizaron sus lentes para seguir la trayectoria del cometa 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar identificado en la historia que atraviesa el Sistema Solar.

Desde su descubrimiento el pasado 1 de julio, realizado gracias al sistema de alerta temprana situado en Chile, el cometa ha sido observado por doce activos diferentes de la agencia espacial estadounidense. El objetivo científico es aprovechar la multitud de perspectivas para desentrañar en qué se diferencia de los cometas locales y abrir una nueva ventana al conocimiento sobre la formación de otros sistemas planetarios.

La trayectoria del 3I/ATLAS lo llevó a interactuar visualmente con distintos cuerpos celestes, permitiendo observaciones que serían imposibles de realizar únicamente desde la Tierra. Uno de los hitos más destacados ocurrió el pasado 3 de octubre, cuando el cometa realizó un sobrevuelo cercano a Marte, pasando a una distancia de 30,6 millones de kilómetros.

Una persecución desde Marte y la corona solar

Aprovechando esta cercanía, la NASA activó el Orbitador de Reconocimiento de Marte (MRO) y logró capturar imágenes de primer plano de alta resolución, mientras que la misión MAVEN (Atmósfera y Evolución de Materiales Volátiles de Marte) utilizó sus sensores ultravioleta para analizar la composición química del objeto, datos cruciales para determinar su origen. Incluso el rover Perseverance, desde la superficie del planeta rojo, logró echar un vistazo al cometa interestelar.

Cuando el cometa desapareció de la vista de los telescopios terrestres al pasar por detrás del Sol, las misiones de heliofísica tomaron el relevo. El Observatorio de Relaciones Solares y Terrestres (STEREO) y la misión conjunta con la ESA, SOHO, monitorearon su paso entre septiembre y octubre. Además, la recién lanzada misión PUNCH proporcionó imágenes detalladas de la cola del cometa, marcando la primera vez que misiones diseñadas para estudiar el Sol se utilizan deliberadamente para rastrear un objeto de otro sistema solar.

Cazadores de asteroides

Las naves Psyche y Lucy —que viajan hacia los confines del Sistema Solar para estudiar asteroides troyanos y ricos en metales— también se sumaron a la campaña. Psyche logró cuatro observaciones en ocho horas a principios de septiembre para afinar el cálculo de la trayectoria del cometa, mientras que Lucy capturó detalles de la coma y la cola desde una distancia de 386 millones de kilómetros.

La astronomía nacional tuvo un rol protagónico en este evento. El cometa fue identificado inicialmente por el telescopio ATLAS (Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides), una instalación financiada por la NASA pero que opera desde Chile.

Tras su detección, el Telescopio Espacial Hubble y el James Webb, junto con el explorador SPHEREx, se sumaron al seguimiento para obtener datos espectrográficos avanzados.

El cometa 3I/ATLAS continuará su viaje, acercándose a su punto más próximo a la Tierra alrededor del viernes 19 de diciembre, a una distancia segura de 274 millones de kilómetros (casi el doble de la distancia al Sol). La NASA continuará su vigilancia mientras el objeto se dirige hacia la órbita de Júpiter, lugar que alcanzará en la primavera boreal de 2026.


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