Centros de investigación quedan fuera del financiamiento de ANID y acusan «incoherencias» presupuestarias
Tiempo de lectura: 3 minutos La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) anunció los once centros adjudicados para el próximo periodo, dejando en lista de espera a instituciones emblemáticas en áreas de cambio climático y cohesión social.
El pasado 26 de diciembre, la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) dio a conocer los resultados del Concurso Nacional de Centros de Investigación y Desarrollo de Excelencia de Interés Nacional 2025. Esta instancia busca financiar proyectos interdisciplinarios que generen conocimiento estratégico para el bienestar del país.
Sin embargo, la publicación de los resultados ha desatado críticas debido a la exclusión de centros con trayectoria previa, como el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES).
El concurso otorga un financiamiento anual máximo de M$1.250.000 por un periodo de cinco años, renovables por otros cinco. A pesar de la relevancia de las propuestas, el límite presupuestario dejó a ocho proyectos en lista de espera, entre ellos el Centro IDEAL-Blue y CR2.
El golpe al CR2
Una de las reacciones más enérgicas provino del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2). A través de un comunicado, la institución calificó la decisión como una «incoherencia» entre el discurso ambiental del Gobierno y la asignación presupuestaria. El documento menciona el rol del CR2 en la formulación de la Ley Marco de Cambio Climático y en el monitoreo de fenómenos como olas de calor e incendios forestales.
El subdirector del CR2, René Garreaud, expresó su opinión ante el fallo: «Durante sus 13 años de trabajo, el CR2 ha sido evaluado como un centro sobresaliente. No se comprende la distancia entre la evaluación del panel internacional, que fue excelente, y la del panel nacional». Asimismo, el comunicado advierte que ninguno de los centros adjudicados aborda directamente la resiliencia climática, dejando a Chile en una posición de vulnerabilidad.
Con más de mil publicaciones ISI y la creación de 15 servicios climáticos, el cese del financiamiento estatal pone fecha de vencimiento a plataformas como el Observatorio de la Ley Marco de Cambio Climático, cuya sostenibilidad solo está garantizada hasta marzo de 2026.
COES y CAPES: El fin de una década de investigación social y ambiental
El escenario es similar para el COES. Tras 12 años de labor interdisciplinaria, el centro que dio vida al Estudio Longitudinal Social de Chile (ELSOC) no logró la adjudicación. En un comunicado, el COES menciona que ha sido la principal fuente de evidencia para comprender los procesos de desigualdad y conflicto en el país, consolidando un modelo de investigación colaborativa entre la Universidad de Chile, la UC, la UDP y la UAI.
A esta preocupación se sumó el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES). Su directora, Rosanna Ginocchio, fue enfática al criticar la lógica del sistema: «La ANID construye con una mano y destruye con la otra. Se pone a competir ideas nuevas con centros consolidados que han acumulado capacidades fundamentales en áreas de interés nacional».
La crítica, según Ginocchio, apunta a un problema estructural, donde «los fondos públicos para la ciencia no solo no han aumentado, sino que hoy son menos, con más personas compitiendo por ellos. Es preocupante que se nos obligue a partir desde cero, desconociendo trayectorias y aprendizajes que ya existían».
Los once centros que lograron financiamiento
La ANID seleccionó a once centros que abordarán diversas áreas de interés nacional, desde la salud mental hasta la energía solar. Entre los adjudicados destacan el Soil and Ecosystem Functions Research Center of Chile (CISFECh) de la UACh, el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) de la PUC y UdeC, y el Solar Energy Research Center (SERC Chile) de la PUC y UChile.
La lista también incluye enfoques en infancia y nuevas tecnologías, con centros como el BAND (Bienestar y Desarrollo de Adolescentes y Niños en la Era Digital) de la PUC y el SENTINET de la PUC y UDD, dedicado a la vigilancia de amenazas infecciosas emergentes.