IA y juventud: El diálogo intergeneracional que impulsa «Chica Rosadita»
Tiempo de lectura: 2 minutos Con 22 años, Valentina Muñoz se ha dedicado a impulsar una tecnología ética, responsable y con perspectiva de género, siendo la activista más joven en contribuir a la Primera Política de Inteligencia Artificial en Chile.
Valentina Muñoz, más conocida como «Chica Rosadita» (@chica.rosadita en Instragram), es una figura clave en la promoción de la inteligencia artificial (IA), la programación y los derechos digitales en Chile. Con solo 22 años, la activista feminista ha logrado un impacto significativo, siendo la persona más joven en contribuir a la Primera Política de IA en el país.
La rápida evolución de las nuevas tecnologías, en particular la IA, plantea desafíos y oportunidades que exigen una conversación inclusiva. En este contexto, Muñoz se ha consolidado como una voz influyente, abogando por un «diálogo intergeneracional» que incorpore a jóvenes y niños en la discusión y elaboración de políticas públicas. Su rol en la defensa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y su activismo para disminuir la brecha de género en las disciplinas STEM la posicionan como una referente para miles de jóvenes.
Un desafío a la velocidad del cambio digital
Al pensar en la IA y su aplicación en la vida cotidiana, también surge una implicancia ética. Frente a esto, Muñoz enfatiza que la preocupación por la ética no es nueva en la historia de la tecnología, comparando los dilemas actuales con los que surgieron con la llegada de la radio, los computadores o los celulares. Sin embargo, destaca una diferencia crucial: la velocidad sin precedentes con la que avanza la IA. «La inteligencia artificial tiene la complejidad de que estos problemas, estos dilemas tienen que resolverse rápido porque la velocidad con la que avanza es muchísima».
La necesidad de moverse al mismo ritmo que la tecnología es el mayor desafío, y en este punto, los jóvenes juegan un papel fundamental. Al ser «nativos digitales», poseen una comprensión innata y una facilidad para adaptarse a estos cambios, lo que los convierte en actores esenciales para guiar la convivencia de la sociedad con la tecnología.
Pilares de la transformación digital
Finalmente, Valentina Muñoz subraya la importancia de los jóvenes como «principales usuarios de la tecnología», una realidad que a menudo se ignora en la creación de políticas públicas. «Cuando hablamos, por ejemplo, de las políticas públicas y de cómo construirlas (…) los niños son el principal usuario de la tecnología«. Para Muñoz, es imprescindible generar un diálogo intergeneracional que les otorgue una «incidencia política real» sobre las nuevas tecnologías.
Su propia experiencia es un testimonio de esta convicción. Junto a la Asociación de Mujeres Jóvenes por las Ideas (Amuji) y UNICEF, impulsó una consulta ciudadana sobre la política de IA en Chile, centrada exclusivamente en niñas. A pesar del escepticismo inicial, la iniciativa demostró que la participación juvenil es no solo posible, sino también vital.