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Vera Rubin: La astrónoma que confirmó la materia oscura y dejó su huella en los cielos de Chile

Vera Rubin: La astrónoma que confirmó la materia oscura y dejó su huella en los cielos de Chile

Cooperativa Ciencia,

Tiempo de lectura: 2 minutos Pese a que la Universidad de Princeton le cerró las puertas por ser mujer, Vera Rubin transformó la comprensión del cosmos al confirmar que el 90% del universo está compuesto por una sustancia invisible.

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Vera Florence Cooper Rubin, armada con una curiosidad inquebrantable y un telescopio casero construido junto a su padre, decidió mirar más allá de lo evidente. Guiada por su interés, descubrió algo que no solo desafió las convenciones sociales de su época, sino que reescribió las leyes de la física: la confirmación de la existencia de la materia oscura.

Desde su infancia, Rubin sintió fascinación por las estrellas. Tras graduarse en Astronomía en el Vassar College en 1948, intentó ingresar a la Universidad de Princeton,  pero la respuesta fue negativa, dado que en aquellos años, la universidad no permitía mujeres en sus programas de posgrado en astronomía. Lejos de rendirse, Rubin cursó su máster en la Universidad de Cornell y obtuvo su doctorado en Georgetown, iniciando una carrera que cambiaría para siempre la historia de la ciencia.

La confirmación de la materia oscura

La genialidad de Rubin radicaba en observar lo que otros ignoraban. Sus primeras investigaciones sugirieron que las galaxias no estaban distribuidas uniformemente en el universo, sino que se agrupaban dejando inmensos vacíos. Aunque la comunidad científica tardó 15 años en validar esta teoría, hoy es fundamental para entender la estructura del cosmos.

No obstante, su mayor contribución llegaría en 1964. Trabajando junto a Kent Ford en la Institución Carnegie, Rubin centró su atención en la rotación de las estrellas y el gas en los discos de las galaxias espirales, específicamente en Andrómeda.

Basándose en investigaciones previas del suizo Fritz Zwicky, Rubin notó una anomalía gravitacional: las estrellas en los bordes de las galaxias se movían tan rápido como las del centro. Según las leyes de Newton, deberían haber salido disparadas hacia el espacio, a menos que existiera una masa invisible ejerciendo gravedad extra.

La conclusión de Rubin y Ford fue revolucionaria y, al principio, recibida con escepticismo: la mitad de la masa de las galaxias no era visible. Tras observar unas 200 galaxias desde 1978, su equipo calculó que aproximadamente el 90% de la materia del Universo es «materia oscura». Es decir, una sustancia que no emite luz ni energía, pero cuya presencia es detectable por el innegable efecto gravitacional que produce sobre los cuerpos celestes visibles.

Legado familiar y el vínculo con Chile

Más allá de los telescopios, Vera Rubin construyó un universo personal igualmente sólido. Madre de cuatro hijos, demostró que la vida académica y familiar podían coexistir gracias a una red de apoyo fundamental compuesta por sus padres y su esposo. Este último la acompañaba a sus clases nocturnas mientras sus abuelos cuidaban a los niños. 

Para la comunidad científica en Chile, el nombre de Vera Rubin resuena con una fuerza especial. Su trabajo pionero sentó las bases para la astronomía moderna que hoy se desarrolla en el norte del país. En reconocimiento a su legado, el Observatorio Vera C. Rubin, instalado en el Cerro Pachón (Coquimbo), fue bautizado con su nombre.

Vera Rubin falleció en 2016 a los 88 años, habiendo recibido múltiples doctorados Honoris Causa de universidades como Harvard y Yale, y siendo miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.


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