COP30 inicia su recta final con desafíos pendientes y un fin de semana de manifestaciones
Tiempo de lectura: 3 minutos A pocos días de concluir, la presidencia brasileña de la COP30 estima un «alto grado de convergencia» entre las naciones en puntos cruciales de las negociaciones climáticas. Sin embargo, persisten diferencias significativas, especialmente en el tema de la financiación.
La trigésima Conferencia de las Partes (COP30) sobre el cambio climático, celebrada en Belém, Brasil, entra hoy en su semana decisiva. Marcada por intensas negociaciones y tras un fin de semana de manifestaciones, principalmente de comunidades indígenas y la sociedad civil, la cumbre busca alcanzar un acuerdo climático robusto, aunque persisten diferencias significativas, especialmente en el crucial tema del financiamiento.
Recientemente, representantes de la sociedad civil, participantes en la Cumbre de los Pueblos paralela, entregaron una carta a la presidencia brasileña. En ella, exigen el fin de los combustibles fósiles, una mayor protección para las tierras indígenas y denuncian a las multinacionales, dejando claro que su voz «está, aunque no nos quieran escuchar», como afirmó el líder ecuatoriano, Timoteo Huamoni.
La presidencia brasileña, sin embargo, mantiene una postura optimista, señalando un «alto grado de convergencia» en puntos clave como el multilateralismo, el Acuerdo de París y la aceleración de la reducción de emisiones.
Desafíos pendientes
La presidencia brasileña de la cumbre ha destacado que, si bien hay avances en el reconocimiento de la urgencia climática y la necesidad de acción conjunta, el desafío de cómo y cuánto financiar la transición energética y la adaptación climática sigue siendo el principal obstáculo.
Por otro lado, la vitalidad oceánica ha significado un triple desafío: integrar la conservación marina en las políticas nacionales, frenar la contaminación y potenciar las ciencias oceánicas para proteger lo que se considera el «pulmón azul» del planeta.
En este contexto, se desarrolla el «Desafío NDC Azul», una iniciativa internacional que busca incorporar soluciones oceánicas en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) de los países, tal como exige el Acuerdo de París.
Avances que dejan once días de negociación
A pesar de estos desafíos, entre los aspectos donde la presidencia de la COP30 ha identificado un consenso notable, destaca el firme apoyo al multilateralismo y al Acuerdo de París, considerado el marco rector de la acción climática global. El objetivo primordial es mantener el calentamiento global por debajo del umbral de 1.5 grados centígrados, un límite que, según la comunidad científica, es esencial para evitar los impactos más catastróficos del cambio climático.
Otro avance es la entrada en vigor del Tratado de Alta Mar (BBNJ), oficialmente conocido como «Acuerdo bajo la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar sobre la Conservación y el Uso Sostenible de la Diversidad Biológica Marina en Áreas Más Allá de la Jurisdicción Nacional». Este tratado, que ya ha alcanzado las ratificaciones necesarias, se espera que entre en vigor en enero de 2026.
Cubriendo dos tercios de la superficie oceánica mundial que se encuentra más allá de las fronteras nacionales, el pacto establece normas jurídicamente vinculantes para conservar y utilizar sosteniblemente la biodiversidad marina.
El BBNJ permitirá compartir más equitativamente los beneficios de los recursos genéticos marinos, crear áreas protegidas vitales y fortalecer la cooperación científica.
Financiación climática y el reto de los datos
Uno de los principales desafíos de la COP30 es la propuesta de un plan para gravar bienes de lujo, tecnología y material bélico con el fin de financiar las necesidades climáticas. Sin embargo, el presidente de la cumbre, André Corrêa do Lago, ha reconocido un «problema con los datos», subrayando la necesidad de un grupo de expertos que aporte información más precisa, una iniciativa que se espera concretar a principios del próximo año.
Por su parte, un informe de la Fundación Mapfre, hoy presenta su análisis sobre los «riesgos extraordinarios» para el sector asegurador debido al cambio climático. El documento, titulado «Cambio climático, riesgos extraordinarios y políticas públicas», revela que, de los diez mayores desastres meteorológicos registrados oficialmente, siete han ocurrido en el siglo XXI. Entre ellos se encuentran huracanes devastadores como Katrina (2005), Harvey (2017) y María (2017), así como tifones como Haiyan (2013) y Yagi (2024).
Las voces críticas y la ausencia de Trump
La cumbre también ha sido escenario de fuertes críticas políticas. El senador demócrata estadounidense, Sheldon Whitehouse -el único representante oficial de Estados Unidos presente- no dudó en acusar al gobierno de Donald Trump de estar «corrompido» por la industria de los combustibles fósiles.
Además, el senador elogió el mecanismo de ajuste de carbono en frontera (CBAM) de la Unión Europea como «la mejor solución en este momento» para reducir la contaminación, al imponer aranceles a las importaciones con altas emisiones.
La sombra de Donald Trump, quien calificó el cambio climático como una «estafa verde» y retiró a EE.UU. del Acuerdo de París en dos ocasiones, ha estado presente en Belém con billetes falsos con su imagen han circulado durante las protestas. Ahora, la COP30 busca forjar un camino hacia un futuro más sostenible y justo.