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¿Cómo adaptar las ciudades a las olas de calor?

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Tiempo de lectura: 3 minutos El planeta marcó un récord de 17,18° Celsius esta semana, alcanzando la temperatura promedio más alta registrada hasta ahora. Ante este panorama, expertas proponen adaptar las ciudades para enfrentar de mejor manera el cambio climático.

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Continúa la preocupación por las olas de calor extrema que se han registrado durante los últimos días en el Hemisferio Norte. El pasado martes 4 de julio, el planeta marcó un récord de 17,18° Celsius, alcanzando la temperatura promedio más alta desde que comenzaron los registros en 1979. Los científicos apuntan al cambio climático y el fenómeno de El Niño como los factores que han propiciado este alarmante fenómeno, que podría seguir emporando con el tiempo.

Si bien, las olas de calor están afectado a todo el mundo, son las ciudades uno de los focos que causan mayor preocupación. Sus extensas superficies pavimentadas, pocas áreas verdes, mayor concentración de vehículos y emisión de gases de efecto invernadero son algunas características que potencian el aumento de temperaturas en comparación con las zonas rurales.

La investigadora de la Facultado de Ingeniería UNAB, Raquel Jiménez, se refiere a este fenómeno como islas de calor, y explica que las áreas que tienen menos cobertura vegetal usualmente presentan más temperatura: «Todos hemos experimentado la diferencia entre estar debajo de un árbol o estar en un parque, versus estar en el centro de Santiago. Esto es porque la vegetación tiene una capacidad extraordinaria de regular la temperatura. Aquellas superficies dominadas por materiales como el cemento tienden a acumular la energía de que se recibe desde el sol y después la tienden a liberar en la noche, manteniendo esos espacios más calientes».

Un problema sanitario

Esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emplazó a las autoridades del mundo a tomar acciones urgentes para evitar más muertes por el calentamiento global. El organismo detalló que el verano pasado, el más calurosos nunca registrado, más de 20 mil personas murieron en Europa debido a las temperaturas extremas.

En el caso de Chile, según el Resumen de Políticas para Chile, elaborado por The Lancet Countdown on Health and Climate Change, entre 2017 y 2021 se estimó que 556 personas sobre 65 años murieron a causa del calor, aumentando un 225% en relación con el promedio anual de 2000-2004.

«Las altas temperaturas afectan principalmente a poblaciones mas vulnerables, adultos mayores y niños. Les sube la presión, baja el oxígeno y eso puede afectar a las personas. También afecta a la calidad de vida, lo que está relacionado con la salud», señala la especialista en ecología urbana de la Facultad de Ciencias Forestales U. de Chile y académica de la Universidad de Connecticut,  Cynnamon Dobbs.

En la misma línea, Jiménez comenta que «hay cada vez más evidencia respecto de la asociación que existe entre la exposición al calor ambiental y el aumento en la mortalidad por causas vasculares, por ejemplo, los infartos. También ha sido asociado a una disminución en el rendimiento cognitivo».

Ciudades más resilientes

El verano pasado fue uno de los más calurosos registrados en la historia del país. Con este escenario de fondo, los expertos aseguran que el desafío está en adaptar las ciudades para enfrentar de mejor maneras las altas temperaturas: «Es urgente en ciudades de Chile y del mundo, porque las proyecciones del cambio climático solo indican que esta situación se va a exacerbar en el tiempo, por lo tanto es muy importante intervenir», destaca Jiménez.

Para Dobbs es clave potenciar las áreas verdes para retener el agua de las lluvias y reducir la radiación solar. «Por otro lado, tratar de mantener las fuentes de agua de la ciudad, no entubar ríos. Eso va a permitir mayor evaporación y reducir la temperatura. También, mejorar la construcción en las ciudades, porque la forma en que se hacen las viviendas pueden ayudar a adaptarse a las olas de calor», añade.

Las altas temperaturas son un problema que está directamente relacionado con la desigualdad, señala en una entrevista al diario El País la arquitecta chilena Cristina Huidobro: «La conclusión es que las personas con menos recursos viven en zonas con menos árboles y con más
calor».

Las medidas

El pavimento puede aumentar hasta 10 o 15° celsius la temperatura de la ciudad, explica el jefe Departamento Medio Ambiente, biodiversidad y acción climática del Gobierno de Santiago, Mauricio Fabry. Respecto a las medidas que se han implementado por parte del Gobierno Regional de Santiago, la autoridad comenta que «tenemos el programa Brotar, que va a dotar de 30 mil nuevos árboles aclimatados y de 33 bosques urbanos«.

Además de esta medida, el organismo impulsó el protocolo de calor extremo Código Rojo, que articula a los ministerios y servicios públicos para hacer frente a las olas de calor: «Contempla evitar los eventos deportivos, y que en colegios no haya clases de educación física en horas de mayor calor».

Sin embargo, el desafío es lograr ciudades más resilientes a nivel a país. En esta línea, Dobbs dice que «los organismos deben apuntar a promover una red verde dentro de la ciudad, que esté distribuida de manera igualitaria. Debería haber una decisión de Estado de incorporar más verde y que haya una institución mayor que se dedique a la mantención de las áreas verdes«.


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