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Islas de calor II: los efectos en salud y una respuesta verde

Islas de calor II: los efectos en salud y una respuesta verde

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Tiempo de lectura: 4 minutos “No solo es más bonito, sino que se trata de un tema de salud” dice el académico UC, Luis Abdón Cifuentes, sobre la necesidad de más áreas verdes para enfrentar las consecuencias del calor extremo. Los techos verdes podrían reducir 2 a 3 grados Celsius la temperatura en los territorios.

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Las consecuencias que dejó el último verano en el hemisferio norte, con temperaturas extremas, también repercutió en la salud. El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, sostuvo que se calcula que más de 61.000 personas murieron por causas relacionadas con el calor en 35 países europeos durante el último período estival. 

En el país, según el Resumen de Políticas para Chile, elaborado por The Lancet Countdown on Health and Climate Change, entre 2017 y 2021 se estimó que 556 personas sobre 65 años murieron por causas relacionadas con el calor, aumentando un 225% en relación con el promedio anual de 2000-2004.

La investigadora de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Andrés Bello, Raquel Jiménez, advierte que “hay cada vez más evidencia respecto de la asociación que existe entre la exposición al calor ambiental y el aumento en la mortalidad por causas vasculares, por ejemplo, los infartos. También ha sido asociado a una disminución en el rendimiento cognitivo”.

Salud: del “plan invierno” al “plan verano” 

Más datos en esta materia revela un reciente estudio realizado por Bupa y el Centro de Cambio Global UC que analizó cerca de dos millones de registros de atenciones médicas anonimizadas de más de 78 mil pacientes que acudieron a una atención médica en un periodo de diez años (2012-2022). 

El análisis identificó un aumento de 23% de las atenciones médicas en los días donde se registran 35 grados de temperatura máxima en comparación con días que llegan solo a los 25 grados. Mientras, las consultas ambulatorias relacionadas al sistema circulatorio, por afecciones como hipertensión o arritmias, se incrementan hasta en un 52%. Y si la temperatura máxima aumenta a 38 grados, las consultas médicas casi se duplican.

La gerenta de Asuntos Corporativos, Sostenibilidad y Clientes de Bupa Chile, Pamela Contador, detalla que también “se observa un incremento importante en las consultas médicas ambulatorias en gente más joven, desde los 35 años, lo que es relevante porque se tiende a pensar que son los adultos mayores quienes pudiesen aumentar sus visitas a los médicos, y vemos que este segmento hoy día sí puede ser vulnerable a las olas de calor”.

El profesor del Departamento de Ingeniería Industrial y Sistemas, además de investigador del Centro de Cambio Global UC, quien encabezó este análisis, Luis Abdón Cifuentes, detalla que la hipótesis del estudio “es que la muerte prematura es la punta del iceberg, pero hay una serie de efectos que son menos graves, pero más frecuentes relacionados con el calor. Pasa lo mismo que con la contaminación atmosférica”. 

El académico establece que “hay una relación entre la cobertura vegetal de las comunas y el riesgo de muerte debido a la temperatura” y, en ese sentido, advierte que tal como se refuerza la red sanitaria en los meses de mayor frío con el ‘“plan invierno’”, los recintos asistenciales deben prepararse para el aumento de consultas y urgencias relacionadas con el calor, una especie de “plan de verano” que involucre, además, capacitaciones al personal de salud sobre el riesgo de las altas temperaturas. 

Contador explica que “la idea es poder buscar y aumentar la resiliencia de nuestros sistemas de salud, reducir la vulnerabilidad de nuestras ciudades, por ejemplo, a través de la planificación urbana, poder generar puntos verdes en la ciudad, de manera que más población pueda resguardarse ante estos eventos de olas de calor extremo, y evitar la exposición al calor en ciudades que cuenten con menor superficie verde”.

El académico UC, en tanto, aseguró que la necesidad de más áreas verdes en las ciudades para enfrentar las islas de calor “no solo es más bonito, sino que se trata de un tema de salud”.

Medidas de adaptación: ciudades más verdes

Una cosa está clara: una de las medidas urgentes para disminuir la intensidad de las islas de calor pasa por aumentar la infraestructura verde en las ciudades. Desde el Gobierno Regional Metropolitano aseguran que uno de los objetivos para enfrentar esta situación es enfatizar en la construcción de espacios públicos como parques en zonas populares.

Junto con eso, han implementado el plan “Brotar” que permitió distribuir 30 mil árboles, junto a la Corporación Cultiva, plantando especies nativas de la mano de iniciativas de educación ambiental. 

El gobernador Orrego destaca, además, la inversión de cerca de 1.500 millones de pesos para 30 bosques de bolsillo con técnica Miyawaki que considera un método más eficaz que permite tener bosques hasta 30 veces más densos y con un crecimiento 10 veces más rápido.

Otro factor importante para pensar la adaptación de las ciudades al calor extremo son los llamados “techos verdes”. Uno de ellos está ubicado en una zona estratégica de la comuna de San Miguel, con el fin de mitigar los impactos de las islas de calor, construido en el Hospital Exequiel González Cortés. 

Los techos verdes son capas de vegetación colocadas en los techos y/o muros de los edificios que ayudan a enfriar el aire, evitar el calentamiento de las superficies y mejorar el confort térmico en los edificios. Tienen beneficios adicionales como la captura de material particulado, el control del ruido y el manejo de aguas pluviales.

El investigador del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), Sergio Vera, es coautor del libro “Techos y muros vegetativos” y explica que este tipo de alternativas, bien implementadas, con una superficie de un barrio que abarque el 30% o 40% de los techos, permitiría reducir 2 a 3 grados Celsius la temperatura en ese territorio. 

Alternativas existen para la adaptación a un fenómeno de alza de temperaturas y calor extremo que no dará tregua. Romero, el profesor de la Universidad de Chile, subraya que “no creo que por introducir áreas verdes en la ciudad vamos a hacer una gran contribución al cambio climático global. Pero sí se trata de mejorar la calidad de vida y evitar el sufrimiento climático de cada uno de los ciudadanos del país”.

Este trabajo fue producido con el apoyo de Climate Tracker y FES Chile

 

 


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