Los animales también juegan: Científico estudia el comportamiento de fauna silvestre
Tiempo de lectura: 3 minutos El biólogo Rodrigo Vásquez ha dedicado su carrera a desentrañar las complejidades de la vida salvaje, revelando cómo aves y otros animales muestran comportamientos y personalidades similares a las humanas.
Vásquez, quien realizó su doctorado en la Universidad de Oxford, ha contribuido ampliamente al campo del comportamiento animal a través de estudios detallados sobre la variabilidad conductual en aves como el rayadito (Aphrastura spinicauda).
«Hemos descubierto que, al igual que los seres humanos, los animales tienen personalidades y muestran una amplia gama de comportamientos que varían entre individuos», explica el investigador. Este tipo de investigaciones son fundamentales para entender cómo los animales se adaptan a su entorno, especialmente en contextos de cambios ambientales acelerados.
Uno de los estudios recientes más destacados del profesor Vásquez y su equipo se centra en cómo estas aves, típicas de los bosques subantárticos, demuestran comportamientos de riesgo y exploración en sus hábitats naturales.
Según el profesor, «algunos individuos son más exploradores que otros, algunos son más cautelosos, lo que puede influir en su supervivencia y éxito reproductivo, especialmente en ambientes extremos como los que enfrentan en la región subantártica«.
Además, el académico que también integra el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) ha explorado el papel del juego en la vida de los animales, destacando cómo estas interacciones no solo contribuyen a la cohesión social, sino que también preparan a los individuos para enfrentar desafíos futuros.
«El juego es una parte integral del desarrollo en muchas especies, y su estudio nos permite comprender mejor cómo los animales aprenden y adaptan sus comportamientos en contextos sociales y ecológicos complejos», agrega.
Su trabajo en roedores, específicamente en el degú (Octodon degus), ha demostrado que estos animales exhiben comportamientos sociales complejos y una notable capacidad para recordar la ubicación de sus alimentos almacenados, lo que indica una memoria a largo plazo altamente desarrollada.
«Hemos visto que los degús pueden almacenar semillas en diferentes lugares y recuperarlas más tarde con una precisión que supera a la de muchos otros animales», explica Vásquez, destacando la importancia de estos hallazgos para comprender mejor la inteligencia y la adaptabilidad de los animales.
Aprender para sobrevivir
Vásquez también ha observado que en especies sociales, como los degús, los individuos jóvenes aprenden observando a los adultos y, en ocasiones, imitan a aquellos que parecen ser «populares» o dominantes dentro del grupo.
«Este aprendizaje social es crucial, especialmente en situaciones de riesgo o en la búsqueda de alimentos», añade. Este fenómeno, que puede parecer exclusivamente humano, demuestra que la vida animal es mucho más compleja y rica en matices de lo que se suele creer.
El investigador de la U. de Chile también ha observado que los juveniles participan en juegos que recuerdan a «jugar a pillarse«. Estos comportamientos lúdicos no solo son un signo de bienestar, sino que también desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de habilidades esenciales para la vida adulta, como la evasión de depredadores y la interacción social dentro del grupo.
Estos estudios, junto con colaboraciones internacionales con instituciones como la Universidad de Groningen en los Países Bajos, han permitido al equipo de Vásquez avanzar en el conocimiento de cómo las especies se comportan en sus entornos naturales y qué implicaciones tiene esto para su conservación. «Es esencial que continuemos investigando y educando sobre estos temas, especialmente en un país como Chile, que alberga una fauna única y biodiversa», concluye.
En un mundo donde la comprensión del comportamiento animal es cada vez más crucial para la conservación y el manejo de ecosistemas, las investigaciones de Rodrigo Vásquez posicionan a la Universidad de Chile como un referente en la ecología del comportamiento, destacando la importancia de la empatía y el respeto hacia la vida salvaje.