Con ausencias y el objetivo del financiamiento comienza la COP29 en Bakú
Tiempo de lectura: 3 minutos En Azerbaiyán arranca hoy esta conferencia que buscará conseguir el financiamiento para cumplir los Acuerdos de París y limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5º C.
Desde este lunes, los representantes gubernamentales de 197 estados y la Unión Europea –que va como uno solo, son 198 partes en total– se reúnen en Azerbaiyán hasta el próximo 22 de noviembre, en la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Clima, la COP 29, para plantear, negociar y adoptar nuevas acciones colectivas contra la crisis climática.
Cada uno de estos encuentros tiene un objetivo especial. El año pasado giraba en torno a avanzar hacia la eliminación de los combustibles fósiles, meta que alcanzó para un compromiso que busca poner en marcha una transición para “alejarse de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica, a fin de lograr el cero neto para 2050, de acuerdo con la ciencia”.
De esa manera quedó planteado en el documento final, sin mencionar un compromiso explícito para eliminar o reducir gradualmente el uso del petróleo, el gas o el carbón lo que dejó dudas sobre su efectividad.
COP de Financiamiento
En esta oportunidad, el objetivo gira en torno al financiamiento. En esta COP29 se espera llegar a un acuerdo para asegurar un nuevo objetivo de financiación climática, conocido como el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG, por sus siglas en inglés).
Es decir, quién, cuánto y cómo aporta la financiación necesaria para pagar las medidas contra el cambio climático a partir de 2025.
Estos fondos salen del bolsillo de los países «ricos», considerados «responsables históricos» de la contaminación ambiental a nivel global, con destino a las economías de los países más vulnerables, que sin ser grandes emisores de gases de efecto invernadero deben prepararse para las consecuencias del cambio climático.
La idea es superar en Bakú la cifra de 100.000 millones de dólares anuales fijados desde el Acuerdo de París, aunque esa cantidad nunca se ha conseguido hasta el momento.
Otros conceptos de los que habrá que estar pendientes son los relacionados con la regulación de los mercados de carbono para comprar y vender derechos de emisiones de CO2, el Fondo de Pérdidas y Daños de apoyo a los países más necesitados y las medidas concretas para sustituir progresivamente los combustibles fósiles por las energías renovables.
El factor Trump
Pese a la urgente necesidad de avanzar en estos objetivos hay un tema que preocupa en este debate y es la reciente elección de Donald Trump.
Esto porque, además de su conocida postura negacionista frente al cambio climático, durante su primer mandato retiró a Estados Unidos del Acuerdo de Paris, una medida que el actual mandatario Joe Biden revirtió en cuanto asumió la presidencia.
La postura de Estados Unidos es relevante pues se trata de uno de los principales emisores históricos de gases de efecto invernadero.
Ausencias
Pese a las buenas palabras de numerosos líderes mundiales respecto a la necesidad de afrontar los desafíos climáticos, los intereses políticos y económicos han cambiado el orden de prioridades respecto a años precedentes y muchos mandatarios delegarán sus responsabilidades en ministros u otros representantes.
No estará, por ejemplo, el presidente de los EEUU: ni el saliente, Joe Biden -confirmó que no asistiría por segundo año consecutivo-, ni su sucesor, Donald Trump, por lo que, tras la retirada de John Kerry como líder de la delegación estadounidense en los últimos años, su lugar lo tomará ahora el principal asesor climático en Washington, John Podesta.
Tampoco asistirá el presidente ruso Vladimir Putin, ausente de numerosos foros internacionales desde que el conflicto que mantienen Rusia y Ucrania desde 2014 se recrudeciera con la invasión rusa de territorio ucraniano en 2022 y, en su lugar, enviará a su primer ministro, Mijail Mishustin.
Ausencias igualmente destacadas serán las del presidente de China, Xi Jinping, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aunque ambos sí estarán en la cumbre del G20 en Río de Janeiro que comienza también la próxima semana.
En todo caso, los expertos y expertas internacionales no esperan grandes avances en esta cumbre a la que se le ha llamado «de transición» con miras a la del año próximo en Brasil, cuando se cumplan 10 años del Acuerdo de Paris.
De todas maneras se trata de un cita clave para alcanzar acuerdos globales en torno al objetivo urgente de combatir el cambio climático, cuando cada vez se hace más evidente el impacto de sus efectos que van desde huracanes hasta olas de calor, sequías, incendios e inundaciones.