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Ley REP: Chile declara a los textiles como producto prioritario para impulsar su reciclaje

Ley REP: Chile declara a los textiles como producto prioritario para impulsar su reciclaje

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Tiempo de lectura: 2 minutos La medida busca enfrentar las más de 572 mil toneladas de residuos textiles que se generan anualmente en el país, estableciendo futuras metas de recolección y valorización para avanzar hacia un modelo de economía circular.

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En un paso decisivo para la política ambiental de Chile, el Ministerio del Medio Ambiente declaró oficialmente a los textiles como un producto prioritario en el marco de la Ley 20.920, conocida como Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) o «Ley del Reciclaje».
Esta acción marca el inicio del proceso para diseñar un decreto que fijará metas concretas de recolección y valorización, promoviendo un cambio fundamental desde el modelo lineal de «usar y tirar» hacia una economía circular en la industria de la moda.
«Hemos dado un paso muy relevante para el país: declaramos a los textiles como producto prioritario. Este es el primer producto prioritario que sumamos a los que estaban definidos en la Ley REP. Con esto iniciamos el trabajo para elaborar una regulación que nos permita avanzar hacia la economía circular de este sector», destacó la ministra Maisa Rojas.
Con esta incorporación, los textiles se unen a los seis productos originales de la ley: neumáticos, envases y embalajes, aceites lubricantes, pilas, aparatos eléctricos y electrónicos, y baterías.

Un problema de toneladas: Las cifras del desecho textil en Chile

La decisión se fundamenta en cifras alarmantes que revelan la magnitud del problema en Chile. Según la resolución ministerial, el consumo promedio de textiles por persona alcanza los 32 kilogramos al año. Esto se traduce en una generación estimada de más de 572 mil toneladas de residuos textiles anuales a nivel nacional, lo que representa cerca del 7% del total de residuos sólidos urbanos per cápita.
El panorama se agrava al considerar que Chile importa el 92% de los productos textiles que comercializa, posicionándose como el cuarto mayor importador de ropa de segunda mano del mundo, con más de 123 mil toneladas anuales que ingresan al país. Esta dinámica alimenta el fenómeno de la «moda rápida» (fast fashion), un modelo de producción y consumo que tiene un altísimo costo ambiental.
Según datos de la Fundación Ellen MacArthur, la industria textil global genera más emisiones de gases de efecto invernadero que los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados. Además, se estima que una prenda se utiliza en promedio solo 10 veces antes de ser desechada, y menos del 1% de sus materiales se reciclan para fabricar nueva ropa.

¿Qué significa esta nueva regulación?

Aunque la elaboración del decreto específico con las metas de recolección y valorización tomará tiempo, la medida ya tiene efectos inmediatos. A partir de ahora, todas las empresas que introduzcan productos textiles en el mercado chileno —ya sea como fabricantes o importadores— tienen la obligación de inscribirse en el Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC) y declarar anualmente la cantidad de productos comercializados.
Esta regulación no solo busca gestionar los residuos, sino también fomentar un ecosistema de innovación. Al reconocer el potencial de los textiles para ser reutilizados, reparados y reciclados, se abren oportunidades para nuevos modelos de negocio, la creación de empleos verdes y el desarrollo de tecnologías de valorización en el país. Esta medida se alinea con la Estrategia de Economía Circular para Textiles al 2040 y con los compromisos climáticos adquiridos por Chile en el Acuerdo de París.

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