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Lupino: La legumbre del sur que desafía la sequía en la Región de Coquimbo

Lupino: La legumbre del sur que desafía la sequía en la Región de Coquimbo

Cooperativa Ciencia,

Tiempo de lectura: 2 minutos Tras analizar tres especies ejemplares, la investigación destacó al lupino amargo (Boroa) como el más prometedor y capaz de crecer en condiciones de estrés hídrico.

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Una investigación liderada por científicos de la Universidad de La Serena (USerena) concluyó que el lupino, una legumbre de alto valor nutritivo originaria del sur de Chile, puede prosperar en las condiciones áridas de la Región de Coquimbo. El estudio, financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R), posiciona a este «superalimento» como una alternativa agrícola viable y sustentable, especialmente por su bajo requerimiento hídrico en un contexto de prolongada escasez en la zona.

Con el objetivo de diversificar la matriz productiva regional y encontrar soluciones a la creciente demanda de proteínas vegetales, un equipo del Laboratorio de Ecología Funcional y Evolutiva de la USerena evaluó la adaptación de tres variedades de lupino a las condiciones agroclimáticas del norte chico. El proyecto, ejecutado entre 2023 y 2024, analizó el desempeño del lupino amargo (Boroa), el lupino blanco dulce (Alboroto) y el lupino azul dulce (Lila Baer).

Cultivo resistente a la sequía

Las pruebas se realizaron tanto en condiciones de campo, en el predio Pan de Azúcar del INIA Intihuasi, como en invernaderos controlados en la universidad, donde las plantas fueron sometidas a estrés hídrico. Los hallazgos fueron concluyentes: todas las variedades mostraron un buen desarrollo, pero la variedad Boroa destacó como la más productiva en campo, mientras que la Lila Baer demostró ser la más resistente en condiciones de sequía controlada.

«Si bien las tres variedades crecieron bien, la Boroa fue la más prometedora. Su rendimiento y tamaño de grano fueron similares a los obtenidos en la Región de La Araucanía, y con menor consumo de agua», explicó la codirectora del proyecto, Dra. Patricia Guerra.

«Pudimos comprobar que el cultivo de lupino Boroa necesita menos agua que cultivos como la palta o la mandarina, obteniendo igualmente un rendimiento similar al del sur», agregó Guerra.

Del laboratorio al campo

Más allá de su eficiencia hídrica, el lupino ofrece beneficios agronómicos significativos. Al ser una leguminosa, fija nitrógeno en el suelo, mejorando su fertilidad y reduciendo la necesidad de fertilizantes químicos, lo que a su vez disminuye los costos de producción para los agricultores. Estas características lo convierten en una opción ideal para la rotación de cultivos y la recuperación de suelos degradados.

El proyecto no se quedó solo en el ámbito académico. Durante 2024, los investigadores compartieron los resultados con 28 comunidades agrícolas de la provincia del Limarí, a quienes entregaron semillas y capacitaron en técnicas de siembra y manejo. La iniciativa también incluyó al Liceo Presidente Eduardo Frei Montalva de Monte Patria, donde estudiantes de enseñanza media participaron activamente en los experimentos.

La presidenta de la Asociación de Comunidades Agrícolas del Limarí, Mirtha Gallardo, valoró la oportunidad, destacando que «los resultados obtenidos nos entusiasman mucho. Ahora sabemos que esta semilla es muy nutritiva y podría ser útil tanto para consumo humano como animal».

Tras el exitoso cierre del proyecto, tanto los investigadores como las comunidades manifestaron su interés en continuar trabajando juntos, buscando nuevas vías de financiamiento para consolidar al lupino como una alternativa real y a largo plazo para la agricultura sustentable en la Región de Coquimbo.


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