Tratado de Plásticos: Chile impulsa ambicioso acuerdo pese a negociaciones estancadas en Ginebra

Tiempo de lectura: 2 minutos Durante la recta final para lograr un pacto mundial que frene la contaminación por plásticos, la delegación chilena se ha mantenido firme por un instrumento legalmente vinculante que aborde todo el ciclo de vida del material.
Ginebra se ha convertido en el epicentro de una de las negociaciones medioambientales más cruciales de los últimos años. Mientras el reloj avanza hacia la fecha límite para consensuar un tratado global contra la contaminación por plásticos, la tensión aumenta ante la falta de avances significativos. En este complejo escenario, Chile se mantiene firme y aboga por un acuerdo robusto y efectivo.
«Esto no es el fin de la historia, adoptar el tratado no será el punto final, sino un paso más que tiene que ser complementado con otras cosas que han de ocurrir más adelante», señaló el director de Medio Ambiente de la Cancillería y uno de los líderes de la delegación chilena, Julio Cordano.
Chile busca un enfoque integral y vinculante
Desde el inicio de las conversaciones en 2022, bajo el alero del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), Chile ha jugado un rol protagónico, llegando a coordinar al Grupo de América Latina y el Caribe (GRULAC). La postura nacional sugiere que el tratado abarque el ciclo de vida completo del plástico, desde su producción hasta su desecho, además de que sus medidas sean legalmente vinculantes para los Estados firmantes.
Uno de los principales obstáculos en los debates es la propuesta de limitar la producción de plástico virgen, una medida que Chile apoyó desde las primeras etapas. Sin embargo, esta idea enfrenta la férrea oposición de países productores de petróleo y grandes potencias industriales. A pesar del bloqueo, Cordano matiza que el objetivo no es ir «contra los plásticos» en su totalidad, ya que seguirán siendo necesarios, sino contra la «contaminación exponencial» que generan algunos de ellos.
Químicos tóxicos y financiamiento son los puntos críticos
Otro punto de alta tensión es el artículo 3 del borrador del tratado, que busca establecer una lista de productos plásticos y químicos que deberían ser prohibidos por su elevada toxicidad. Para la delegación chilena, este apartado es innegociable. «El artículo 3 es absolutamente fundamental, uno de los más importantes del acuerdo y sin él tendría muy poco sentido«, afirmó Cordano.
Por otra parte, el Gobierno chileno insiste en que las soluciones nacionales son insuficientes ante un problema de escala planetaria. Por este motivo, la delegación también ha enfatizado la necesidad de que el tratado considere mecanismos de cooperación internacional y financiamiento para apoyar la transición en los países en desarrollo, además de considerar a las comunidades locales e indígenas, que son las más afectadas por la crisis medioambiental.