Estudiante investigó cómo los perros asilvestrados amenazan la fauna de Lago Peñuelas
Tiempo de lectura: 2 minutos Jorge Moreno, estudiante de cuarto medio, logró identificar que la interacción horaria de perros de libre deambular amenaza a herbívoros diurnos como el guanaco y la liebre de la Reserva Nacional Lago Peñuelas.
La presencia de perros asilvestrados en reservas naturales en una realidad en Chile y significa una amenaza para la fauna silvestre. Este fue el problema que motivó a Jorge Moreno, estudiante de cuarto medio e investigador escolar del Centro de Investigación Científica Escolar (CICE), a desarrollar un estudio para identificar en qué horarios los perros asilvestrados de la Reserva Nacional Lago Peñuelas, en la Región de Valparaíso, se encuentran con especies silvestres como zorros, guanacos, conejos y liebres.
La idea comenzó a gestarse durante el verano. «Comenzaron a aparecer reportajes de perros atacando a pudús en distintos medios. Yo dije: ‘Pienso que esto sería una buena oportunidad porque no se han hecho muchos estudios de perros y el uso de cámaras trampa aquí en Chile central'», cuenta Moreno.
Fue esa oportunidad la que aprovechó el estudiante para solicitar a la Reserva -con el apoyo del director del CICE, Carlos Zurita, y la coordinadora de Investigación, Valentina Valenzuela- la autorización de instalar de una red de nueve cámaras trampa. Con la aprobación de esta solicitud, el estudiante descubrió que los perros mantienen una actividad predominantemente diurna, alcanzando su punto máximo entre las 15:00 y las 18:00 horas, y superponiéndose con el de algunas especies silvestres.
Cronogramas compartidos entre perros, guanacos y liebres
El estudio, que abarcó dos meses con un total de 63 noches de monitoreo, determinó que mientras los zorros culpeos, especie nativa, logran evitar la coincidencia al ser más crepusculares, los guanacos enfrentan una realidad más compleja. Estas especies nativas, mayoritariamente diurnas, comparten franjas horarias cruciales con los perros.
Esta interacción directa aumenta no solo el riesgo de persecución para los guanacos, sino que también facilita la posible transmisión de enfermedades, un factor crítico que podría mermar sus poblaciones.
«Encontramos que el perro y guanaco se superponían a lo largo del día porque ambos eran especies mayoritariamente diurna«, detalla Jorge sobre uno de sus hallazgos más preocupantes.
En el caso de las especies exóticas, el estudio del joven investigador reveló diferencias importantes. El conejo europeo, aunque también introducido, exhibe una activación predominantemente matutina y crepuscular, lo que minimiza su contacto con los perros. Sin embargo, la liebre, otra especie exótica, sí comparte gran parte de su jornada con la actividad canina, enfrentando riesgos similares a los del guanaco.
Ciencia joven al rescate
La conclusión de Jorge es clara: «La presión canina es mucho más fuerte sobre herbívoros diurnos, lo que amenaza su conservación dentro de un área protegida». Es un llamado de atención sobre la necesidad de tomar acciones concretas frente a la cantidad de perros que hay en Lago Peñuelas, un problema que «está muy presente en ese lugar y es algo de lo que se tiene que tomar acción para que deje de perjudicar a estos animales», enfatiza.
Para el futuro del proyecto, Jorge planea mantener las cámaras operativas durante todo el año, actualizando los datos periódicamente para fortalecer aún más sus hallazgos.
El proceso, sin embargo, no ha estado exento de desafíos: «La parte más desafiante fue la identificación de las fotos que nos proporcionaban las cámaras porque era una gama muy grande. Había cámaras que tenían demasiadas, cerca de 15 mil fotos y tuve que identificarlas en un periodo medianamente corto», relata. El estudiante ahora se prepara para presentar sus resultados en distintas ferias científicas escolares a lo largo de Chile.