Pingüinos de Magallanes vuelven a casa en Isla Cachagua tras exitosa rehabilitación
Tiempo de lectura: < 1 minuto Nueve ejemplares de pingüinos de Magallanes fueron reinsertados exitosamente en el Monumento Natural Isla Cachagua tras un intensivo proceso de rehabilitación liderado por Fundación Ñamku y la Universidad Andrés Bello (UNAB).
El pasado 1 de septiembre, el Monumento Natural Isla Cachagua fue testigo de un emotivo retorno: nueve pingüinos de Magallanes (Spheniscus magellanicus) volvieron a las aguas del Pacífico, su hogar natural. Estos ejemplares, que llegaron al Centro de Fundación Ñamku en Concón con lesiones graves, lograron una recuperación completa gracias a un dedicado esfuerzo conjunto que involucró a expertos y estudiantes.
Los pingüinos, verdaderos íconos de la biodiversidad marina chilena, fueron encontrados en diversas situaciones críticas, incluyendo traumas causados por embarcaciones, empetrolamiento y desorientación debido a fuertes marejadas. Estas condiciones no solo amenazaban sus vidas, sino que también ponían en riesgo la estabilidad de la población de esta especie protegida.
«Su proceso de rehabilitación consistió en procedimientos quirúrgicos, baños, tratamientos farmacológicos y manejo nutricional, según cada caso, logrando una óptima recuperación«, detalló Javiera Paz Gómez Adaros, académica de Medicina Veterinaria de la Universidad Andrés Bello (UNAB), sede Viña del Mar, institución colaboradora en la rehabilitación.
Colaboración para la conservación marina
El convenio entre Fundación Ñamku y la Unidad de Fauna Silvestre de la Universidad Andrés Bello permitió combinar experiencia técnica con recursos académicos; elementos clave para la recuperación exitosa de los pingüinos.
Estudiantes de quinto año de internado de Medicina Veterinaria de la UNAB tuvieron una participación activa en la fase final, realizando exámenes físicos completos, tomando muestras sanguíneas y colocando microchips para la identificación y monitoreo futuro de cada ejemplar.
Si bien este caso celebra un final feliz, Gómez Adaros recordó que «no siempre se llega a este fin. Han llegado algunos individuos con lesiones muy graves que lamentablemente no han sobrevivido«.