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El secreto milenario del Desierto Florido: Cómo las plantas desafiaron la aridez

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Tiempo de lectura: 2 minutos La adaptación de la flora en el desierto más árido del mundo revela millones de años de evolución y resiliencia, transformando Atacama en un estallido de vida tras las lluvias.

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El desierto de Atacama, mundialmente conocido por su extrema aridez, se prepara una vez más para un espectáculo de colores y vida: el Desierto Florido. Este fenómeno único, que transforma vastas extensiones de la región de Atacama y parte de Coquimbo en un tapiz floral, se espera que alcance su punto álgido en octubre de este año.

Pero, ¿cómo es posible que en uno de los entornos más hostiles del planeta, la vida vegetal florezca con tal magnitud y belleza? La respuesta reside en mecanismos de supervivencia desarrollados a lo largo de millones de años.

Rodrigo Ríos, biólogo y académico del Departamento de Biología de la Universidad de La Serena, explica la ingeniería biológica detrás del Desierto Florido. «Es un fenómeno espectacular que no ocurre todos los años. Las plantas del desierto han desarrollado adaptaciones que les permiten permanecer latentes por largos periodos y emerger solo cuando las condiciones son favorables», señala el especialista.

Millones de años de evolución: La clave de la supervivencia

La historia del Desierto Florido es tan antigua como el propio desierto de Atacama, cuya edad se estima entre 5 y 10 millones de años. Durante este lapso, el desierto ha sido un laboratorio natural para la adaptación y diversificación de especies. Las constantes fluctuaciones climáticas han moldeado la distribución de la flora, permitiendo que solo las especies mejor adaptadas a las condiciones extremas de cada zona logren establecerse y prosperar.

Actualmente, el desierto florido alberga a más de 200 especies de plantas, todas ellas con estrategias de supervivencia eficientes. Muchas de estas plantas poseen bulbos o «bancos de semillas» enterrados en el suelo, capaces de esperar años, o incluso décadas, hasta que se presenten las condiciones ideales de lluvia y temperatura. Estos mecanismos de latencia son la clave para entender cómo un ecosistema aparentemente inerte puede cobrar vida de manera tan explosiva.

La aparición de estas flores no solo es un deleite visual, sino que también desencadena una cascada de vida, activando a la fauna local, desde insectos polinizadores hasta herbívoros como las populares «vaquitas», que también aprovechan este breve periodo de abundancia antes de adoptar sus propias estrategias de latencia.

¿Es posible un Desierto Florido artificial?

La magnificencia del Desierto Florido ha llevado a debates sobre la posibilidad de replicarlo artificialmente en ciertas zonas con fines turísticos. Sin embargo, Ríos es categórico al afirmar que replicar el fenómeno de manera artificial no es viable.

El biólogo enfatiza que la floración no depende únicamente del agua. «Se requiere un umbral de lluvia, pero también hay bajas temperaturas y heladas que gatillan la salida de la latencia. Regar artificialmente podría generar manchas de vegetación, pero no replicaría el fenómeno en toda su magnitud», explica.

Además de la complejidad ecológica, intentar regar artificialmente grandes extensiones del desierto sería extremadamente costoso y, más importante aún, podría tener consecuencias negativas para las especies nativas. Forzar la emergencia de las plantas en momentos inadecuados podría agotar sus bancos de semillas, comprometiendo su capacidad de floración en el futuro y alterando un ecosistema finamente equilibrado por millones de años de evolución.


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