Aprendizaje en aves: Estudio revela la influencia de los hermanos sobre los padres

Tiempo de lectura: 2 minutos Esta investigación desafía la noción tradicional de herencia cultural y destaca la importancia de las interacciones entre pares en el desarrollo juvenil de estas especies.
Un reciente estudio internacional reveló que, en entornos con cuidado parental limitado, las aves cantoras, como los carboneros comunes europeos, aprenden habilidades para la vida más de sus hermanos que de sus propios padres.
Para llegar a este resultado, investigadores de la Universidad de California Davis (Estados Unidos) y el Instituto Max Planck de Conducta Animal (Alemania), incluyendo al científico colombiano Gustavo Alarcón-Nieto, llevaron a cabo un experimento con 51 parejas reproductoras de carboneros comunes y sus 229 crías. Tras ser separadas de sus padres, las aves jóvenes fueron expuestas a dos «rompecabezas de alimentación»: cajas que contenían gusanos y que debían resolverse deslizando una puerta roja hacia la izquierda o hacia la derecha.
La metodología utilizada, con cajas de rompecabezas completamente automatizadas y aves con microchips, permitió recopilar una vasta cantidad de datos de alta resolución. «Esto generó un gran volumen de información para desentrañar las vías de aprendizaje y las estrategias de toma de decisiones que empleaban los juveniles durante su transición hacia la independencia», explicó Sonja Wild, una de las autoras del estudio y miembro de la Universidad de California Davis.
Este enfoque tecnológico fue fundamental para observar y cuantificar las dinámicas de aprendizaje en detalle, proporcionando una visión sobre cómo las aves adquieren nuevas habilidades.
Hermanos: Los maestros de la supervivencia
Después de observar el comportamiento de las aves durante 10 semanas, los resultados se publicaron en la revista Plos Biology. Si bien la habilidad parental influía en la propensión de las crías a intentar resolver el rompecabezas, las estrategias de resolución adoptadas por las aves jóvenes estaban mucho más influenciadas por la forma en que sus hermanos y otros adultos (no sus padres) lo hacían.
Los datos fueron contundentes: del grupo de aves más rápidas en aprender de cada conjunto de hermanos, casi el 75% aprendió de adultos que no eran sus padres, mientras que solo un 25% lo hizo directamente de sus progenitores. Más impactante aún, del segundo grupo más aventajado, un 94% de sus miembros aprendió a resolver el rompecabezas gracias a la observación de sus hermanos.
«En casos de cuidados parentales limitados, los hermanos pueden ser fuentes clave para el aprendizaje de nuevos comportamientos, lo que proporciona una vía alternativa al aprendizaje por herencia cultural», concluyó Wild.