Estudio advierte sobre las «hipersequías», el nuevo fenómeno climático extremo que afecta al país
Tiempo de lectura: 2 minutos Esta investigación no solo cuantifica la magnitud del déficit hídrico, sino que también subraya los profundos impactos ecológicos y sociales que estos fenómenos proyectan para el futuro del país.
Un reciente estudio liderado por el académico René Garreaud del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) revela la aparición de «hipersequías», un nuevo tipo de evento climático extremo que está afectando la zona central de Chile.
La publicación, que aparece en la revista Hydrology and Earth System Sciences (HESS), describe en detalle la naturaleza de estas hipersequías, sus factores desencadenantes y las severas consecuencias que ya se han manifestado en los años 2019 y 2021. Las proyecciones climáticas son claras: los años hipersecos se volverán más frecuentes a lo largo del siglo XXI, exigiendo una comprensión y adaptación urgentes.
Los impactos de las hipersequías
A diferencia de las sequías moderadas, que Chile central experimenta cada 3 a 10 años con déficits de precipitación de entre un 20% y un 40%, las hipersequías se caracterizan por una ausencia de lluvias tan drástica que los déficits superan el 75%. Para ponerlo en perspectiva, Santiago, cuyo promedio histórico de precipitaciones anuales ronda los 300 milímetros, ha registrado menos de 90 milímetros durante estos eventos extremos. En el último siglo, esta condición se ha presentado en solo cinco ocasiones: 1924, 1968, 1998, 2019 y 2021.
«Una disminución sustancial de la precipitación aumenta el déficit hídrico en Chile central y produce impactos medioambientales en los caudales de ríos y el verdor de la vegetación, por ejemplo, además de consecuencias sociales, como conflictos por el uso del agua y la provisión de alimentos», señala Garreaud.
Los impactos durante una hipersequía son considerablemente mayores de lo que se podría prever a partir de sequías moderadas, y su severidad se ve amplificada por las condiciones climáticas previas. Un ejemplo es la comparación entre la hipersequía de 1998, precedida por un año lluvioso y con un decaimiento moderado de la vegetación, y el cuasi colapso del bosque esclerófilo en 2019 y 2021, que ocurrieron tras una década de megasequía.
El estudio también rescata ejemplos históricos, como la hipersequía de 1924, que, enmarcada en una sociedad más rural y vulnerable, exacerbó conflictos sociales con consecuencias políticas de gran envergadura.
El futuro climático en debate
El estudio, que integró diversas disciplinas como la climatología, la percepción remota y la historia, empleó simulaciones climáticas para proyectar el comportamiento futuro de las hipersequías. Estas proyecciones confirman una tendencia a largo plazo de precipitaciones decrecientes y una mayor frecuencia de años hipersecos para el resto del siglo XXI.
En este contexto de creciente preocupación climática, el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) organizó el Simposio internacional «Clima y Resiliencia: El futuro se hace presente». Este evento abordará los desafíos que enfrenta el sistema climático global y la necesidad de adaptación frente a los cambios generados por la actividad humana.
El simposio se llevará a cabo el 3 y 4 de noviembre en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, y continuará del 5 al 7 de noviembre en el Hotel Novotel de Viña del Mar. Contará con la participación de destacadas figuras como la Rectora Rosa Devés, la ministra del Medio Ambiente Maisa Rojas, el decano Francisco Martínez, la directora de ANID Alejandra Pizarro y la directora del CR2 Pilar Moraga, quienes inaugurarán este encuentro para la ciencia y la sociedad chilena.
Para más detalles sobre el programa, los interesados pueden visitar el sitio web del CR2.