Estudian la resiliencia de las plantas ante el cambio climático: Serían la clave de un futuro sustentable
Tiempo de lectura: 2 minutos Un estudio destaca la capacidad de adaptación vegetal para enfrentar sequías, olas de calor y la degradación del suelo, fenómenos que complejizan la productividad agrícola y la subsistencia humana.
Un estudio, publicado en la revista científica Trends in Plant Science, advierte que el cambio climático no solo impacta en el medioambiente y biodiversidad, sino que también golpea la salud humana, la agricultura, la energía y la seguridad alimentaria.
«El ritmo acelerado del cambio climático en los últimos años debería servir como una llamada de atención para todas y todos los científicos, agricultores y tomadores de decisiones, ya que amenaza gravemente nuestro suministro de alimentos y podría provocar hambrunas, migraciones, guerras y una desestabilización general de nuestra sociedad», señala el estudio.
El investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y coautor del trabajo, Rodrigo Gutiérrez, enfatiza la importancia de comprender la resiliencia de las plantas, es decir, cómo pueden soportar condiciones adversas, como la falta de agua, las oscilaciones térmicas extremas y la baja disponibilidad de nutrientes, para garantizar un suministro de alimentos estable y sostenible.
Chile, el laboratorio natural para la resiliencia vegetal
«En la zona central, que es la principal área agrícola del país, ya se observa una disminución de la disponibilidad hídrica, y será necesario desplazar parte de la agricultura hacia el sur, perdiendo así terrenos fértiles e importantes para el cultivo actual», advierte el académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC).
Además, una mayor resiliencia implica una mayor eficiencia en el uso del agua y, particularmente, del nitrógeno, un elemento cuya producción para fertilizantes es altamente energética y su uso ineficiente genera una enorme contaminación global. «Gran parte del nitrógeno de los fertilizantes termina contaminando aguas, o la atmósfera en forma de óxido nitroso, un gas de efecto invernadero muy potente», asegura el científico.
Del laboratorio al campo
La clave para potenciar la resiliencia vegetal reside en su genoma. Los genes, que participan en todos los procesos biológicos, determinan las características esenciales de las plantas. «Identificar los genes involucrados en procesos clave para la resiliencia vegetal —como hemos hecho en el desierto de Atacama— es el primer paso para poder aplicar esa información en la mejora de cultivos o en la transferencia de capacidades que ayuden a garantizar la seguridad alimentaria», señala el investigador.
Junto a Claudio Latorre y otros colaboradores, Gutiérrez logró identificar genes y procesos biológicos que confieren resiliencia a las plantas nativas del desierto de Atacama, un liderazgo que promete nuevas biotecnologías para mejorar los sistemas agrícolas. Sin embargo, tanto Gutiérrez como el artículo internacional enfatizan que los mayores avances científicos a menudo permanecen confinados en el laboratorio. Para superarlo, se propone un enfoque «del campo al laboratorio y de vuelta al campo», combinando la experimentación genética con la validación en condiciones reales.
El investigador hace un llamado a valorar el trabajo científico nacional, señalando la falta de reconocimiento estatal y gubernamental. «Si uno revisa los programas de los candidatos presidenciales, sin importar su orientación política, hay poca mención a la ciencia y su importancia», lamenta.